Juchitán, Oax.-
Juchitán está de luto. Llora por sus hijos muertos en la volcadura del autobús que se accidentó en la autopista Mitla-Tehuantepec, procedente de la Ciudad de México, quienes había acudido al evento convocado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
En la mañana de hoy martes, fueron sepultadas en el panteón “Domingo de Ramos”, cuatro integrantes de una familia: la abuela Griselda, la madre Loyda y los menores Vicente y Reyna, que fueron despedidos en sus respectivas escuelas, en medio de globos blancos.
De esa forma comenzó la penosa jornada fúnebre, la de sepultar a 18 hijos de Juchitán, algo que nunca se había vivido en la historia de esta ciudad del Istmo de Tehuantepec. El gobierno municipal declaró dos días de luto por la tragedia.
El presidente municipal, Miguel Sánchez Altamirano, explicó que los dos días de luto, ayer y hoy, incluyen el izamiento de la bandera nacional a media asta en los edificios municipales, como un reconocimiento a la memoria de las víctimas del accidente.
“Fue eso, un accidente, un lamentable accidente”, dijo el señor Vicente Pineda, ampliamente conocido como “El muchacho alegre”, quien todos los días se gana la vida conduciendo un moto-taxi en las calles de Juchitán.
Antes de que su esposa Loyda, falleciera, se comunicó con él: alcancé a escuchar que dijo, ay Diosito ayúdanos. Se cortó la llamada, intenté varias veces comunicarme, pero ya no hubo señal.
Hablé con los líderes de la organización (FUCO), y más tarde me dijeron que mi familia murió.
“El autobús rentado por el Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas, salió de Juchitán a las dos de la tarde del sábado. De regreso, mi esposa me marcó y me dijo que el camión se chingó en Mitla, que venía fallando la caja de velocidades, luego recibí otra llamada y solo oí gritos”.
Frente a la tragedia del “Muchacho alegre”, en las redes sociales destacan el milagro que envolvió la vida del señor Faustino, quienes viajaba con su esposa y sus tres hijos. Mi hijo Jesús fue el primero en salir del autobús y con gritos, pidió ayuda.
Los primeros en llegar fueron los trabajadores de una compañía constructora, me ayudaron a sacar a mi esposa y a subir con mis hijos con lesiones, pero estamos vivos, aunque a mi esposa la mandaron a Oaxaca para que atiendan sus fracturas, relató don Faustino.
