Reynosa, Tamaulipas.-
Si andas buscando un artículo decorativo, acudir a un bazar es una solución.
Se trata de un lugar “mágico” donde lo mismo se puede hallar un imán para el refrigerador, una taza de los Cowboys, un elefante de cerámica, portavasos de Suiza o porqué no, platos botaneros en forma de calabaza o Santa Clós.
El lugar está situado en el pasillo 4 al final en la Pulga Jarachina, donde Martín García lo atenderá personalmente.
“El negocio lo tengo de hace 8 años, yo llegué hace 15 cuando vendía zapatos y tenis, pero hubo un incendio en la pulga que quemó toda la mercancía”, expresó.
Originario de Reynosa señaló que el local se llama Bazar La Paz, aunque no hay un letrero ya lo pueden identificar de esta manera, como el sitio ideal para realizar las compras.
Los objetos son de medio uso o nuevos, a precios económicos dependiendo del artículo, hay libros, portarretratos, álbums para fotografías, cilindros para agua, cucharas y tenedores.
“Empecé poco a poco, cuando decido comprar otro tipo de cosas que no fueran zapatos, a partir de eso vi que venderlos me daba resultados.
“Hay adornos, utensilios de cocina, cuadros, portavelas, ganchos para cortinas, canastas, todo lo que se necesita para organizar y embellecer una casa”.
De 54 años, Martín tiene poca competencia en la pulga Jarachina, considera que tiene mucha variedad, pues consigue su mercancía en una bodega localizada en Hidalgo, aquí cerca cruzando el río Bravo.
Él empezó como vendedor de detalle, de una empresa de botanas pero al perder su empleo decidió hacer algo diferente, vender un poco de todo que la gente pueda comprar sin invertir mucho dinero.
“Hoy disfruto esto, porque veo que a la gente le atrae, aparte de esto me da para vivir”, explicó quien está casado y tiene tres hijas.
Afirmó que no se considera un acumulador compulsivo, pues no tiene su casa como bodega, donde no hay muchos adornos, sino todo se encuentra en su local.
“Ésta es mi casa”, dijo sonriendo, “aquí es donde estoy más tiempo, prácticamente allá voy sólo a dormir”.
En sus compras del “otro lado” en ocasiones adquiere objetos de otras culturas de la India, China, África, que en ocasiones ni él se imagina de qué se trata, pero que los clientes descubren su valor.
Martín subraya que está para servir a la gente y lo hace con gusto, con un trato especial que no hay en todos los locales de la Pulga Jarachina.
“Yo tuve un cambio en mi vida, reconocí que hay un Dios que me daba la gracia”, expresó mientras colocaba la música.
Señaló que gracias a eso tiene una mejor relación con su esposa e hijas, mejoró su comunicación y se acabaron las discusiones.
Los visitantes le comentan que en el lugar se sienten tranquilos cuando llegan porque hay un ambiente que les agrada.
Es el Bazar La Paz donde puede encontrar algún objeto para hacer un regalo, para coleccionarlo o simplemente para colgarlo en el hogar.