Reynosa, Tam.-
Por necesidad del sustento, Doña María Ibarra de 85 años de edad, sigue trabajando en la venta de chicles en las calles de la zona Centro de Reynosa.
La mujer de la tercera edad se duele de aquellos jóvenes que en vez de trabajar, piden dinero.
Caminando con una carriola para bebé, en la que además lleva cobijas, Doña María desde la colonia Aquiles Serdán, más de 10 cuadras, para llegar al corazón de la ciudad.
A lo largo de la calle Morelos, la que pasa por el frente de la presidencia municipal, la ancianita apenas si grita “¡chicles, chicles!” para vender los productos que lleva en una cajita.
– ¿Le alcanza para vivir?
– “Dios me socorre”
Antes beneficiada con el Programa Oportunidades, mismo que volvió a gestionar con la ayuda de su hija, Doña María acude tres días a la semana a vender los chicles en la peatonal Hidalgo y la Morelos.
“Tengo que jalarle, me voy a casa caminando hasta que acabo de vender mis chicles”, concluyó Doña María.