Monterrey, N.L.-
Éste es uno de los 25 nuevos casos del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) que se han presentado en 2022 en la zona sur de Tamaulipas.
Un adolescente, casi niño, que debería tener toda una vida por delante está ya marcado por esta terrible enfermedad.
Comenzó a sentirse mal. Sospechaba que algo no estaba bien; en el internet revisó posibles causas, pero no quiso preocupar a sus papás.
Acudió al médico solo. El diagnóstico –tras un examen sanguíneo– fue contundente y lapidario a la vez… Mucha impotencia, un mar de pensamientos, vacío, llanto y desazón.
Lo canalizaron al Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) de Tampico, donde empezó con el tratamiento.
También recibió ayuda psicológica y orientación emocional para poder contárselo a sus progenitores.
“Nos contactan por medio de nuestra página de Facebook. El adolescente varón de 14 años, que es el único caso de menor de edad que tenemos este año, se canalizó primero a la psicóloga y luego se acudió a la familia, porque tenía miedo de no saber cómo sus padres iban a reaccionar o que lo fueran a juzgar”, relató a un medio local Javier Ramos, presidente de la asociación Aprendiendo a VIHvir.
Las autoridades sanitarias advierten que cada vez es menor el rango de edades de personas que se contagian de VIH–Sida y son más de ocho casos mensuales detectados en promedio, oscilando entre los 14 a los 29 años de edad, quienes en su mayoría no utilizaron un método de protección sexual.
Jóvenes en edad productiva enfrentados a esta epidemia y que a la vez, fueron víctimas del desconocimiento o de la falta de cuidados. Además de tener que afrontar síntomas terribles, como fuertes dolores de cabeza y diarreas constantes, deben asimilar que sus días podrían verse acortados e intentar encajar en una sociedad que acepta, pero también discrimina.