Nuevo Laredo, Tam.-
La edad no es impedimento para salir a ganarse la vida trabajando honradamente, como el caso de Ramón Cruz, quien a los 81 años, cada día busca una oportunidad para obtener el sustento de sus seres queridos.
Con su puesto ambulante, hace felices a los niños en la hora del recreo y a la salida de las escuelas, donde este “abuelito” se instala con su carrito lleno de dulces, frituras, raspas y lo que más interesa a los pequeños que son los juguetes, mismos que están a la vista y algunos de ellos han formado parte de la infancia de muchos adultos, pues aún se siguen vendiendo.
Es el caso de los luchadores de plástico, aviones de cartón, yoyos, trompos, billetes y monedas falsas en miniatura, plantillas de stickers y un rompecabezas de plástico con 15 números en su interior que deben colocarse en orden numérico.
Don Ramón dijo que vendió dulces y juguetes de 1972 a 1985, pero ya no era negocio. Después buscó trabajo como chofer de camiones urbanos, luego pasó a manejar tráileres, hasta que su salud empezó a disminuir, sobre todo de la vista, motivo por el que dejó las carreteras y retomó la venta de sus productos afuera de escuelas, plazas y parques públicos de la ciudad, como hasta la actualidad.
“Ando en las calles y donde veo escuelas me arrimo y me espero a ver qué vendo; como en las primarias Emiliano Zapata, Leyes de Reforma, en la Solidaridad y otras más; traigo puros artículos para niños”, contó.
Nada lo desmotiva para salir de 8:00 de la mañana a 2:00 de la tarde, de lunes a viernes con precios muy económicos, para que los niños puedan comprar alguno de sus productos, que van desde 10, 15 y 20 pesos.
Con alegría y muy buena actitud este hombre de más de ochenta años demuestra que cuando se quiere se puede. (Con información de Alan Juárez/ El Mañana de Nuevo Laredo)