Desde hace 29 años ha tratado de localizar el sitio donde estuvo la primera capilla de Higueras, que es del siglo XVII, pero está perdida, solo se sabe por documentos antiguos que existió.La cronista de Higueras, dijo que en los recorridos realizados, al capturar en imágenes fotográficas divesos sitios, se observan vestigios de lo que pudiera ser una antigua construcción, en un lugar realmente de difícil acceso, al cual ha sido imposible llegar y comprobar si realmente es lo que parece ser.
“Mi teoría es, que se ubicaba en el antiguo poblado de San Juan de Camaján, en la Sierra de Picachos. Lo anterior para dar servicio religioso a los mineros y tlaxcaltecas, según la disposición del gobernador don Martín de Zavala, donde se exigía a los encomenderos y hacendados construir una capilla para catequizar a los indios naturales y tlaxcaltecas”, afirmó la historiadora, autora de “Las Luminarias 3 siglos de fervor guadalupano”, 2 ediciones.
En otro oficio, fechado el primero de diciembre de 1751, el capitán Lozano solicita ayuda de parroquia y dice: “para la referida capilla, que nuevamente he fabricado en la hacienda nombrada de las Higueras”.
“Llama la atención la frase, ‘que nuevamente he fabricado’ por lo que se deduce que para 1750 ¿ya existía la capilla segunda o actual?”, cuestionó.
La respuesta a la solicitud realizada por Lozano, firmada por el doctor don Fray Francisco San Buenaventura Martínez Diez de Tejada, fue la asignación a la nueva capilla de Higueras del cura teniente y licenciado José Antonio Almandós.
Esto corrobora la existencia de una segunda capilla, además, las visitas de inspección realizadas por autoridades eclesiásticas, así lo comprueban, dijo.
El 26 de diciembre de 1752, el bachiller Francisco Tomás Cantú del Río y de la Cerda, envía un reporte de inspección y enfatiza: “Reconocí que en ella (la capilla), hubiere todos los menesteres necesarios para la celebración del Santo Sacrificio de la misa y se administren los santos Sacramentos”.
Todavía en 1777, está en funciones la segunda capilla, y se recibe una autorización para celebrar misa todos los domingos y fiestas de guardar, indicó.
La capilla actual tiene inscrito en una viga, el año de 1854. El 10 de septiembre, del mencionado año, se verificó la bendición del templo por el doctor Baez de Benavides.
En el mensaje a los feligreses se mencionó: “esta construcción fue a costa de los vecinos, por la devoción que tienen a la Virgen de Guadalupe”.
