Cd. de México.-
Si preguntas lo que las mujeres buscamos en un hombre, podríamos hacer un ensayo al respecto. Y no es que las mujeres queramos que sean divertidos, inteligentes, amorosos, guapos, amables, es que queremos a alguien que saque lo mejor de nosotras mismas, que nos apoye, que nos haga sentir sexys… y luego entramos al debate del “príncipe azul.” En conclusión: esperamos mucho de una relación. Tal vez esperamos lo imposible.
Y debemos ser cuidadosas porque las relaciones a largo plazo son muy formativas; son capaces de cambiarte para bien o para mal. Con suerte, elegirás a una persona que pueda crecer contigo.
Pero entonces, ¿cómo podemos manejar nuestras expectativas?
La distancia puede hacerte más fuerte
Tomar un paso hacia atrás no está mal…. De hecho yo lo recomiendo muchísimo. Es súper importante tener independencia en una relación. Así no sólo crecen como pareja, sino también como individuos. Es esencial tener su propio sentido de autonomía mientras dependen el uno al otro para otras cosas.
Al principio, en la etapa del enamoramiento, será fácil querer pasar todo tu tiempo con esa persona, pero en realidad esto sólo es contraproducente.
Enfócate en tu vida
Recuerda que hay un mundo fuera de tu relación. Nuestra cultura está tan enfocada en las relaciones románticas, que nos hacen sentir que son lo único que importa.
Te sugiero tener tu vida como tu prioridad número uno. Desarrolla hobbies, intereses y amistades que te ayuden a ser la mejor versión de ti misma. Seguro hay amigos y familiares que pueden apoyarte, darte consejos y enseñarte diferentes cosas. No tienes que sacarlo todo de una persona. ¡Hay más!
Que no te dé pena pedir lo que necesitas
En lugar de esperar a que tu pareja aprenda a leer tu mente, no temas en hablarle directamente sobre lo que necesitas de él, ya sea un poco más de apoyo, o tal vez unos días de tiempo y espacio.
No pedir lo que quieres de la relación te quitará felicidad y placer de la relación. A partir de eso, se empezarán a desarrollar sentimientos de resentimiento y desconexión. Y no es justo para ninguno de los dos, porque el otro no sabe lo que quieres.