México, D.F.-
Al promulgar la reforma constitucional que da origen al Sistema Nacional Anticorrupción, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que para superar un problema estructural los mexicanos requieren una solución estructural del mismo tamaño.
Dijo que la corrupción es un mal que afecta la vida económica, política y social de cualquier nación, “es un flagelo que limita el crecimiento a las empresas, socava la confianza en el servicio público e impide al ciudadano ejercer plenamente sus derechos”.
Asentó que así como los mexicanos pudieron, pese a la incredulidad que hubo en su momento, consolidar su democracia con instituciones fuertes, hoy con la experiencia de cambio institucional, de mentalidad y de cultura es posible vencer la corrupción.
En el Patio de Honor de Palacio Nacional, dijo que esta reforma es un auténtico cambio de paradigma para combatir con mayor eficacia el cohecho, la extorsión, el tráfico de influencias y otros actos indebidos.
“En pocas palabras, es una reforma contra la impunidad. Como Presidente de la República estoy firmemente comprometido con el combate frontal a la corrupción y con el fortalecimiento de la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas”, puntualizó.
Asentó que con las reformas constitucionales en materia de transparencia y combate a la corrupción, México tiene dos pilares para lograr una función pública basada en la integridad y la rendición de cuentas.
Subrayó que con las dos reformas se logran los objetivos de obligar a todos los poderes y órdenes del Estado a hacer más transparente su diario actuar, y crean mecanismos para ejercer mayor control sobre el gasto público.
Aceptó que aún falta mucho por construir, pero dijo que si los mexicanos mantienen el impulso transformador y la corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanos, “México logrará superar y vencer este gran flagelo de nuestro tiempo, que es la corrupción”.
Comentó que en 2014, según el Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparencia Internacional, México obtuvo una calificación de apenas 35 en una escala de cero a 100, la misma que hace 20 años, ubicándose en el lugar 103 entre 175 naciones. Consideró que esto es “inaceptable”.
“Por eso, la lucha contra la corrupción debe ser un desafío que nos convoque y nos comprometa a todos los mexicanos. Para superar un problema estructural requerimos igualmente una solución estructural, necesitamos una respuesta institucional, amplia y sistémica, permanente y decisiva”.
Subrayó que la reforma ofrece una respuesta de magnitud estructural al crear el Sistema Nacional Anticorrupción, que fija las bases constitucionales para que los servidores y los particulares que incurran en corrupción sean sancionados y obligados a resarcir el daño patrimonial.
Destacan alcances
En su intervención, el titular de la Función Pública, Virgilio Andrade, dijo que con esta reforma México da un paso trascendente para reivindicar su ética pública y para fortalecer la rendición de cuentas.
Migue Barbosa, presidente del Senado, consideró que el funcionamiento del Sistema Nacional Anticorrupción debe traducirse en que México deje de ser un país conocido por los actos de corrupción, mientras que Julio César Moreno, presidente de San Lázaro, dijo que con estos cambios se otorgan instrumentos legales a los ciudadanos para que puedan alcanzar la plena confianza en los servidores públicos.
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