Para José Luis y Lucía la vida conyugal era una riña entre “perros y gatos”. Así lo definen los consortes quienes después de pasar varios meses separados tuvieron la oportunidad para reinventarse y reconocer sus errores.
Como si los detalles que los enamoraron revivieran uno por uno, ambos acordaron un reencuentro y se perdonaron.
De no haber sido por la asesoría gratuita que recibieron en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el añejo matrimonio considera que ya se habría divorciado.
“Sería una pena si eso pasara y creo que los dos estaríamos arrepentidos, porque por lo general la fractura nupcial es una decisión que se toma cuando la crisis alcanza su más alto nivel. Afortunadamente para nosotros la ayuda llegó muy oportuna”, manifestó José Luis.
Entrevistados a condición de anonimato, el ingeniero en informática y la telefonista coincidieron en que en una relación debe existir “amabilidad, paciencia y respeto”.
En su segunda oportunidad como marido y mujer señalaron que están aplicando esos valores y les ha funcionado.
“Notamos que teníamos muchas cosas en común y al final sacamos conclusiones de cómo serían nuestras vidas uno sin el otro y llegamos a la determinación de que sufriríamos mucho más”, agregó Lucía.
Pese a los 20 años que esta pareja ha recorrido por la misma senda, tener hijos es una dicha que se le niega debido a problemas de fertilidad; sin embargo, ahora su bienestar se basa en dedicarse mayor tiempo para dialogar y dejar a un lado la frustración de la paternidad.
“La vida es corta para pasársela amargada. No te digo que no experimentamos celos y broncas con el carácter, pero en la medida que hemos logrado entender este principio los problemas entre mi esposa y yo han ido bajando de intensidad”, dijo.
En esa vertiente los cónyuges originarios de Tabasco relataron que hace un año cuando acudieron ante la PGJE su matrimonio estaba eclipsado y lleno de nubarrones, pero “gracias a Dios” salieron a flote.
“Y es que no sólo te divorcias de la pareja, sino también de su familia, los hijos, cuando los hay; los amigos. Rompes con un estilo de vida y al final hasta te quedas solitario.
“Hoy lo importante es que estamos otra vez juntos y ojala que también juntos podamos entrar a la vejez”, deseó José Luis.
Lucía por su lado, subrayó la importancia de resolver las discrepancias dentro del núcleo o con ayuda profesional, pero nunca ventilarlas, porque “pueden salirse de control y causar daños irreversibles”.
EL 40 POR CIENTO SE ARMONIZA
Para Rafael Autrán Cabañas, jefe de la oficina de Atención a la Comunidad en la Procuraduría General de Justicia del Estado, la mayoría de los divorcios pueden prevenirse.
El funcionario señaló que ha atendido matrimonios con problemas de infidelidad, adicciones, maltrato físico y hasta diferencia de edades, los cuales se concilian mediante la ‘carta de separación temporal’, un trámite expedido para legitimar un distanciamiento indefinido en vías de remedio.
“Como quien dice este es el último recurso antes de la ruptura marital definitiva. Se les efectúa a los cónyuges un convenio donde se establecen los motivos por los cuales se están separando y las obligaciones a las que deben sujetarse”, dijo.
Cabe destacar que de cada 10 consortes que realizan la solicitud en este lugar, cuatro recobran su buena relación, de acuerdo datos de la propia Procuraduría.
Sin embargo, Autrán Cabañas reconoció que el índice de divorcios se ha incrementado desmesuradamente en las últimas décadas.
Las estadísticas nacionales son una muestra de ello, pues el 50 por ciento de las parejas que contraen nupcias más tarde firman su separación legal.
El jefe de esta instancia anti-divorcios ilustró que en la mayoría de los casos de desintegración familiar los más vulnerables son los menores, por lo tanto se debe solicitar apoyo al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“También muchas veces llegan historias en las que los esposos arrastran fuertes deudas. Nosotros aquí les hacemos saber las consecuencias. Hay un momento dado en que debemos de fungir como psicólogos para interpretar sus problemas y lograr acuerdos. Para ello nos coordinamos con varios organismos como el Instituto de Protección a la Mujer”, informó.
“ES DE SABIOS PEDIR CONSEJO”
Autrán Cabañas agregó que la PGJE lleva varios años trabajando con este programa de ‘separación temporal’, el cual ha arrojado positivos resultados. Tan sólo en Reynosa estimó se realizan unos 50 trámites cada mes.
“Hay mujeres golpeadas y hombres que perdonan el adulterio que afortunadamente logran recuperar su relación de pareja. Esa es una de las bondades de esta medida”, sopesó.
El funcionario relató que ocasionalmente debe intervenir por las acaloradas reyertas verbales de las parejas en crisis, que convierten su oficina en un reality show.
“Afortunadamente no han llegado hasta los golpes, porque se les concientiza de lo que se busca es el apoyo a la familia y a los menores.
“Tampoco se trata de separar gente todos los días ni es la finalidad de este departamento, pero se le hace saber la importancia de darse un tiempo”, abundó.
Autrán Cabañas, concluyó al afirmar que las puertas de su oficina están abiertas para todas las personas que se encuentren en esta situación, al borde del divorcio y deseen salvar su matrimonio.
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