Cd. de México.-
Sin traer toda la parafernalia de Madonna o Los Rolling Stones, Roger Waters hizo que la espera de sus fans a las afueras del hotel en el que se hospeda en el centro de la Ciudad de México valiera la pena.
Desde las 11:00 horas de este lunes y casi tres días antes del primero de sus tres conciertos en México, los seguidores de Waters y su legado junto a Pink Floyd formaron una inmensa fila al rededor del hotel.
La mayoría, con memorabilia en mano (discos, viniles, playeras y pósters) aguardaban emocionados a que su ídolo saliera a saludarlos desde alguna ventana o balcón.
Su espera fue bien recompensada, porque pasadas las 13:00 horas, Rogers, quien lucía jeans, una camiseta negra y lentes oscuros, salió a las escalinatas del hotel para autografiar y tomarse fotos con sus seguidores.
En el encuentro hubo más de una lágrima de aquellos fans que no podían creer que su ídolo estuviera a unos centímetros de ellos y que hasta aceptara tomarse la foto del recuerdo.
Durante su encuentro, que duraría alrededor de 30 minutos, Waters se mostró amable en todo momento con los fanáticos mexicanos en su breve estancia.
El músico estuvo acompañado por una persona de su staff, mientras que algunos miembros de seguridad del hotel resguardaban al músico a la distancia.