Chilpancingo, Gro. / Nov. 6
Campesinos de las regiones de Filo Mayor y la Montaña de Tlapa han sido orillados por los gobiernos federal y estatal a la siembra de “maíz bola” –así le denominan a la amapola en esas zonas–, o de la mariguana “cola de borrego”. Ante la falta de alternativas, tienen que rascarse con sus propias uñas, expuso Rigoberto Acosta González, uno de los dirigentes del Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (Cresig).
Sin embargo, admite que la mayor parte del fertilizante “subsidiado” se utiliza en cultivos de amapola y mariguana.
El Cresig agrupa a campesinos de las comunidades de Filo Mayor, por lo que está presente en 27 ejidos de esa región. Fue fundado hace unos 15 años por el entrevistado y otros hombres del campo.
Narra que la gente que vive en las regiones de Filo Mayor y de la Montaña de Tlapa, al suroeste y norte del estado, respectivamente, no sabe leer ni escribir y carece de apoyos gubernamentales. Así, la siembra de enervantes “es lo que tiene al alcance de la mano para sobrevivir”.
Añade que allá, los campesinos no necesitan de medios de transporte, debido a que los “interesados” van hasta sus zonas a comprarles la “producción”.
Aclara que si bien no justifica la siembra de estupefacientes por parte de los “sierreños”, quienes corren el riesgo de que el Ejército y fuerzas policiacas los detengan, lo cierto es que la fatalidad los empuja a cultivar estupefacientes. “Lo hacen para no dejar morir de hambre a sus familias y lo van a seguir haciendo mientras las autoridades no les lleven otras alternativas de vida”., advierte.
-Descontento generalizado
El dirigente del Cresig sostiene asimismo que hay descontento generalizado entre la gente del Filo Mayor, porque no siente la presencia del gobierno estatal y federal. “Por eso le pedimos al gobernador del estado, Zeferino Torreblanca Galindo, que se dé una vueltecita por los caminos y las siembras en la sierra y pregunte a los campesinos si les ha llegado la ayuda que el secretario estatal de Desarrollo Rural, Armando Ríos Peter, asegura enviar para los sierreños”, expresó.
Acosta González confrontó lo dicho por el secretario Ríos Peter, quien aseguró hace poco que con los apoyos del gobierno estatal los cultivos de estupefacientes en Guerrrero van a la baja.
“Esos cultivos no se acabarán mientras el gobierno no dé a los campesinos las condiciones para obtener otros ingresos a fin de que mantengan a sus familias”, añadió el dirigente.
A la falta de apoyos por parte de la Secretaría de Desarrollo Rural, dijo, habrá que agregan “los malos manejos” en la dependencia a cargo de
Ríos Peter. “Por esta razón, el 28 de octubre presentamos una denuncia en contra del secretario ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF)”, informó.
Maíz, ni para sobrevivir
De acuerdo con el dirigente de la Cresig, en la Montaña de Tlapa el cultivo de maíz sólo sirve para sacar elotes, prácticamente no alcanza ni para el autoconsumo; por eso, la gente a medio año tiene que comprar el grano para sobrevivir.
-¿Con qué lo compra?
-Pues con recursos que provienen del narcotráfico o del aprovechamiento forestal, en este último caso con o sin permiso.
Pese a quejarse de que no hay apoyos para el campo, Acosta aseguró que alrededor del 90% del fertilizante “subsidiado” se utiliza en cultivos de amapola y mariguana en las regiones de Filo Mayor y La Montaña de Tlapa, “porque les puede redituar un peso más para sobrevivir y porque no se van a dejar morir de hambre”.
Informó que sin apoyo gubernamental, campesinos de Filo Mayor se agruparon para sembrar en tierras bajas de la Costa Grande y Tierra Caliente unas 115 hectáreas de maíz, “en las que pensamos tener una cosecha de entre ocho y nueve toneladas por hectárea, porque sólo así puede ser rentable la siembra de este cultivo”.
Y con el esfuerzo de 156 productores de mezcal, informó que lograron obtener la certificación de la bebida local “El Guache” como derivado del maíz. Ahora se buscará colocarla en el mercado con ayuda federal, dijo.
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