México, D.F. / Nov. 30
Su melena de león y figura varonil lo hicieron blanco de múltiples propuestas comerciales en los 70, de las cuales Leonardo Cuéllar eligió sólo una para representar a una juventud en transición, con una mentalidad de libertad, paz y amor: Levi’s.
Desde aquel entonces, cuando el entonces jugador de Pumas y de la Selección mexicana invadió los hogares en revistas, periódicos y anuncios de televisíón, su inconfundible figura trascendió tiempo y espacio hasta consolidarse ahora en el pionero de la publicidad deportiva, área tan explotada últimamente a nivel multimillonario por grandes figuras del deporte internacional.
Inicio de los millonarios
“La mentalidad de Levi’s era ya en esa dirección de explotación comercial y me pareció interesante”, recuerda con nostalgia el ahora técnico del Tri femenil.
“La marca hizo una convocatoria entre músicos, actores, cantantes y deportistas y, de entre todos ellos, salí elegido, ya que buscaban a alguien que representara esa imagen de libertad que transmitía el producto… ¡Soy un pionero de la comercialización!”, detalló.
Y no es para menos, pues luego de aquellos irreverentes anuncios, el boom de la comercialización se acentuó en el ámbito deportivo, trayendo ganancias millonarias a jugadores como Hugo Sánchez (anunciaba pasta dental) o, más recientemente, a Rafa Márquez (Gillette).
La diferencia es que Cuéllar, con su prominente y característica melena, sus pantalones entallados y acampanados, sus zapatos de plataforma y sus playeras de vivos colores representó a toda una generación rebelde.
Perseguía muchachas
“Yo lo tomé como un momento de vida y si nos hubiera ido bien en el Mundial de Argentina 78 (no pasaron de la primera ronda) eso se hubiera extendido, pero finalmente todo se canceló porque nos eliminaron y no se pudo mantener la imagen de éxito que se necesitaba”, analiza.
“Eran unos comerciales actuados, algunos muy agresivos, porque incluso yo perseguía en el Desierto de los Leones a una muchacha a la cual alcanzaba y allí nos revolcábamos… eso, incluso ahora, hubiera causado mucho impacto si se hubieran transmitido”, reconoce.
Icono de la cultura
Ensimismado en sus pensamientos, aseguró: “Más que reírme o asustarme, ahora veo el momento de vida que existía con los grupos de rock, Vietnam, los Juegos Olímpicos y el movimiento del 68 y la liberación de la mujer. Era la transición a una nueva etapa”.
Entonces le brillan los ojos al rememorar un momento especial para aquel flacucho pero corrioso jugador: “Me acuerdo cuando fui invitado a la toma de posesión de (José López) Portillo como presidente, yo ahí con mi traje y mi melena, algo muy drástico, incluso hasta subversivo, y sí, creo que sí fui la imagen de una juventud tan expresiva que parecía agresiva, pero que estaba rompiendo moldes sólo para buscar mejores oportunidades”.
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