Esta semana se han dado dos importantes salidas de personas que habían levantado polémica durante su estancia en sus trabajos: el delantero goleador histórico del Club de Futbol Monterrey Rogelio Funes Mori y el productor ejecutivo de la programación de WWE, Kevin Dunn.
Pero si hay diferencia entre el argentino y el estadounidense, es que a pesar de que los dos son apáticos con la gente que los rodea, Dunn se lleva el odio no solo de los fanáticos de WWE, sino de la lucha libre en general.
Kevin llegó a la entonces WWF en los años 80, gracias a un acuerdo que tuvo su papá Dennis Dunn con Vince J. McMahon, ya que Dennis había rescatado algunos videos de funciones que presentó la empresa en años anteriores lo que le ganó a su hijo Kevin un contrato vitalicio.
En honor a la verdad, Dunn hizo algunas cosas buenas, como la producción de los cuatro eventos premium principales de WWE en la década de los 80’s, algunos especiales como Saturday Night’s Main Event y los programas semanales de Raw y SmackDown.
En el año 1993 fue nombrado productor ejecutivo de los programas de WWE, siendo él quien supervisaba el contenido presentado. Nueve años después, fue nombrado vicepresidente ejecutivo de la empresa, pero continuaba con su rol de productor y, en ocasiones, parte del equipo creativo.
Es por esta última parte por la que mucha gente le tiene odio, ya que al ser la mano derecha de Vince McMahon, era él quien le decía a Vince quién merecía ser empujado al estrellato y quien no, llevándose de calle algunos luchadores que son amados por el público, pero que no eran de su gusto.
Un ejemplo fue en el 2016 cuando frenó el empuje de Becky Lynch como Campeona Femenil de SmackDown por el simple hecho que al “Dientes de castor” no le gustaba el acento de la irlandesa, y eso causaría que viéramos a Becky fuera de la escena titular por casi dos años.
Otro detalle -que aún duele-, fue que nunca permitió que John Morrison, hoy conocido como Johnny (inserte nombre de la empresa en que se presente), logrará ser campeón mundial de la empresa por el simple hecho de no ser fanático de su estilo de lucha.
Pero Dunn no solo arruinaba luchadores, también arruinaba eventos que pudieron ser del gusto para los fanáticos. En el 2017, rumbo a WrestleMania 33 se suponía que John Cena se enfrentaría al Undertaker en un duelo de dos de los nombres más reconocidos de la empresa, pero cambiaron los planes cuando se programó el Taker contra Roman Reigns, y John Cena vs. The Miz.
Uno pensaría que esta última seria por el Campeonato Intercontinental, pero en camino al evento, The Miz perdió el título y en la rivalidad se agregaron las entonces parejas sentimentales de los luchadores (Maryse y Nikki Bella), pasando de un mano a mano por un campeonato a una lucha de relevos mixtos que solo sirvió para que Cena le propusiera matrimonio a Nikki y, para colmo, dejarnos perplejos porque al año siguiente éstos dos habían terminado.
Pero nada de esto se compara al momento cuando se demostró que al “dientes de castor” le corre atole por las venas, cuando le ordenó a Jim Ross que anunciara la muerte de Owen Hart en Over The Edge.
Lo bueno es que esta salida ya estaba siendo anunciada desde mediados del 2022 cuando empezaron las denuncias de índole sexual hacia McMahon que llevaría tanto a este último a vender su empresa a Endeavor, como a Kevin a vender sus acciones.
Solamente queda decirle gracias… pero a Endeavor por comprar la empresa y estructurarla de buena forma para que el “Timmy Turner de WWE” se pusiera de diva y no querer seguir ordenes de los nuevos jefes, y él solito irse de la empresa cuando su mayate poco a poco se va haciendo a un lado.
Te agradezco que hiciste global a WWE Kevin, pero odiamos lo mier… de persona que eres.