Hace una semana Tigres tuvo en sus manos la novena estrella, pero perdió la cabeza y se la entregó al América. La afición y hasta algunos medios de comunicación encontraron en Raymundo Fulgencio al perfecto chivo expiatorio que sí, se equivocó y lo pagó caro, pero no fue el único culpable.
Hoy Fulgencio está fuera Tigres y recalará en el Atlas a préstamo. Pareciera que con esto se cerró la carpeta de investigación. Poco se habló de error de Diego Reyes al no cortar un balón que derivó en el primer gol del América y ni hablar de Nahuel Guzmán.
El arquero terminó con las esperanzas de Tigres al hacerse expulsar luego de faulear a Julián Quiñones. Y no, a diferencia de Fulgencio a Nahuel no le faltó colmillo o experiencia, todo lo contrario, eso lo tiene de sobra, lo que le faltó fue estabilidad emocional en un momento apremiante, como sucedió en la Final del Apertura 2014.
Con la expulsión de Nahuel, Tigres quedó vulnerable y era cuestión de tiempo para que América confirmara el campeonato. Nadie le reclamó al argentino que tanto ha dado al equipo, pero que ahora le quitó.
La afición busca villanos para sacar sus frustraciones, pero pocas veces será uno de sus ídolos favoritos. Ya pasó una semana de este juego que sigue en la cabeza de los aficionados felinos; sin embargo, en esta época de fiestas, hay que reconocer que fue un gran 2023 para Tigres.
El equipo disputó dos finales de Liga y ganó una, además de llevarse el Campeón de Campeones y el Campeones Cup.
En la Femenil ganaron una Liga y un Campeón de Campeones. A media semana Tigres organizó la posada de medios, que se realizó con un gran ambiente, y el fin de semana hicieron la de Sinergia Deportiva; en ambas presumieron con orgullo sus cinco copas.
Ojalá venga un gran 2024 para ellos y que Rayados pueda estar de regreso, para que el fútbol regiomontano siga como punta de lanza en la Liga MX.