Casi todos los días, de lunes a viernes, acostumbro hacer una junta de planeación en una céntrica cafetería de Monterrey con el subdirector editorial de Hora Cero, Gerardo Ramos Minor, donde hablamos de todo y tratamos de arreglar el mundo.
Y entre los temas que abordamos entre sorbo y sorbo de un buen café humeante, que luego se convierten en asignaciones a los reporteros, no puede faltar el futbol local.
Es chistoso y quiero aceptar que muchas veces nos convertimos en lo que criticamos: entrenadores de sillón. Y pasamos por encima de jugadores, cuerpo técnico y de directivos de Tigres y Rayados. Nadie se salva.
Pero también aplaudimos las buenas jugadas en un partido, el marcador y la marcha de un equipo que se cristaliza en títulos, y no pueden faltar las nuevas contrataciones.
Y es en este último punto que quiero aceptar que cuando Rayados anunció y confirmó
lo que Multimedios Deportes había adelantado: el fichaje de la “bomba” Sergio Canales, Gerardo lo tomó con reserva y vio el futuro.
“El español Canales va a llegar, jugará unos buenos partidos (en la League Cup donde anotó el penalti contra Tigres en Houston), y se lesionará”, pronosticó.
Pasaron casi dos meses después de ese Clásico, el 8 de agosto, cuando se confirmó la grave lesión de Canales en el muslo izquierdo, mismo que lo descarta para regresar a las canchas lo que resta del torneo y, si bien le va a los aficionados de Monterrey, volverá en 2024.
Con ello se desinfla la ilusión de que Rayados en Canales iba a tener a su Gignac, el francés que llegó a Tigres para batir todos los récords del club y del futbol local. El mas reciente el de más goles en Clásicos que ostentaba el brasileño Bahía.
¿Pero a poco “Tato” Noriega, el director deportivo de Rayados, no sabía del rosario
de lesiones que venía arrastrando Canales jugando ene varios clubes españoles, entre ellos el Real Madrid? ¡Claro que sí!
Seguramente “Tato” ha perdido el sueño y estará redactando todas las justificaciones que reportará a los dueños del club, porque parece que los 10 millones de euros que se pagaron al Betis, a la fecha, pudiera ser la peor contratación en la historia del equipo.
Bueno no. Quizá Canales no superará a la pareja de brasileños Pau y Peu, que Monterrey trajo en los años 80 y que resultaron todo un fiasco.
Los morenazos parecían todo menos futbolistas profesionales. Y quiero recordar que se dijo que los directivos rayados de la época se los hallaron vendiendo bebidas en la playa de Copacabana de Río de Janeiro, les pusieron la playera del equipo… y se consumó un gran negocio.