El caso de Alexis Vega se está poniendo color de hormiga para el jugador, gracias al mal manejo de su caso por parte de los asesores que lo representan.
Al jugador de 26 años ya le advirtieron en el Guadalajara que se puede quedar seis meses para cumplir su contrato y luego marcharse libre sin que le quede un centavo a la institución por un posible traspaso…
El punto es que aunque se quedara, no jugaría y recibiría intactos sus 604 mil pesos por semana de sueldo (unos 31.5 MDP anuales) aunque no jugara un solo minuto.
Cuando Vega fue contactado por Cruz Azul, el club puso una serie de condiciones que el jugador no estuvo de acuerdo en aceptar, porque entre ellas, aparte de sueldo, premios, aparecía un apartado con una cláusula que le afectaría en caso de incurrir en indisciplinas y al decir “NO”, y conocerse la causa, Chivas decidió aceptarlo de regreso, pero varios clubes se han solidarizado con Chivas para boicotear al jugador cuando dentro de seis meses busque jugar de nuevo en un equipo mexicano.
La rebeldía del jugador ha cansado ya no solo a su club, sino que el resto de los equipos se han dado cuenta que es un problema con tachones, que tiene actitudes infantiles y de chamaco rebelde, chiflado, que no halla qué hacer con todo el dinero que ha ganado y ha estado tirando al bote de la basura su carrera.
Sus condiciones futbolísticas han mermado y no es ni la sombra de lo que mostró en sus inicios en Toluca, pero ha sido muy mimado y ha hecho lo que ha querido sin que el club pueda disciplinarlo.
Sus excesos, sobre todo con la bebida, le han pasado factura y su físico, de por sí con tendencia a la obesidad, no logra ponerlo en forma.
Las lesiones, indisciplinas su escasa proclividad al trabajo en la cancha de entrenamiento y gimnasio, han menguado sus facultades futbolísticas, que tampoco eran muchas, sin embargo, en una Liga donde cualquier jugador de medio pelo puede brillar, Vega logró causar sensación hace cuatro años que surgió y el resto del tiempo se la ha llevado pateando el bote, de fiesta y cobrando sin desquitar su excesivo sueldo.
El caso de Vega hará regresar el famoso “Pacto de Caballeros”. que no es más que un pacto de sangre firmado por la mafia futbolera nacional que establece que si un jugador no aceptara condiciones de un equipo para su venta y decide quedarse en ese club, para luego marcharse libre al término de su contrato, sin que el equipo propiedad de su carta pueda obtener un centavo, los demás clubes se comprometen a boicotearlo y no contratarlo.
Lo mismo pasa con algunos entrenadores que han sido vetados por no someterse a los caprichos de la “cosa nostra”, es decir, los dueños del balón.
Con Vega pasaría lo mismo, si no se arregla en estos días…