En este mes cumplimos un largo año de no poder ir al otro lado, quesque es muy urgente ir al Lubys a probar el pescadito empanizado con la salsita tártara y el vaso de té helado.
Si supieran que ya los andan cerrando, mejor me quedo acá con mis huevitos motuleños en el Sanborns de Reynosa. Esos que no saben hacer los gringos, ni tienen la calidad de pan dulce de acá, bueno casi.
Ahora que el gober de Texas Greg Abbott le dio el ansia loca por abrir todos los changaros al cien por ciento y jura y perjura no es obligatorio usar cubrebocas, como que me da de qué pensar de este bolillo, como les endicen a los gringos.
Pa’ empezar como yo tengo visa (aunque nos vean como mojados), pos no nos dejan entrar y quiensabe hasta cuándo, así que les diré que en estos doce meses sí que ahorramos, no gastamos nuestros bills verdes y quieren saber a dónde se jueron? Pos a tierras regias.
Sí ‘ñor, ahora la moda es para visitar la Ciudad de las Montañas, a Valle Oriente o Liverpool, el Walmart (que ya acá se chamusco quiensabe porqué), Costco, que acá no hay ni habrá.
Si vieran que las filas que he visto en Monterrey nunca se comprarán a las que se hacen en McAllen ni en domingo, son laaargas y por cierto no te la hacen de tos cuando sales a la calle como en la chafa Sams de acá que te revisan tres veces tu cuenta, como si les hubieras robado, pos qué es eso ingratos.
Hasta la Rosa María ya se conformó que nunca de los nuncas vamos a cruzar a los States, ni modo, conque su hijo nos visite de cuando en cuando y pos ahora más ya que tiene novia anda como gallina culeca corre y corre de un lado pa’ otro, ya se le olvidó la inseguridad que antes le preocupaba, pues duró seis meses sin venir acá a la border, quesque acá hay “munchas” balaceras, que por cierto, de verda’ no son tan frecuentes como dendenantes.
Ahora que no nos dejan cruzar el río Bravo, pos no nos quedamos quietecitos, mejor nos vamos a Monterrey donde parece McAllen, allá hay de todo pa’ ver y conocer.
Mientras aquí en la border no pasamos de Reynosa Sendero Periférico, pa’ probar un vasito de elote del que no pica, que acá le ponen Cheetos molidos y cacahuates chinos, es cierto, no lo niego puedes ir al IHop, Applebees, Carl’s Jr., Sierra Madre Beer Company y las hamburguesas del Payaso y las Cristianas. No les dije sobre los tacos Jiménez con sus frijolitos charros y las sincronizadas gigantes de la colonia Petrolera.
En Monterrey parece que estás en McAllen, hay centros comerciales más mejores que La Plaza Mall: están Fashion Drive, Paseo San Pedro, Punto Valle, Plaza Fiesta San Agustín, Esfera Monterrey, Pueblo Serena, Galerías Monterrey, Plaza Real, El Nuevo Sur, Galerías Valle Oriente y hasta el Mall Plaza Lincoln, donde hay tiendas exclusivas que ya las quisieran en El Valle de Texas.
Los regios venían pa’ acá porque les ganaba el antojo por probar las donas Krispy Creme, pero ya las hay por todos lados. Y si quieren pan rico pos vas a la bakery de City Marquet.
No puedes extrañar sus restaurantes porque ya hay Tony Romas, Red Lobster, Olive Garden, The Cheesecake Factory, Chilis (que acá ya cerraron por la pandemia), además de The Food Box, Buffalo Wild Wings, Austin Gastro Park, Old Jimmy Wilson’s BAR-BE-QUE y un chorro de más.
Las medidas de cierre de la pandemia ya saben que nunca ha sido parejas, porque los gringos y residentes pueden cruzar a Reynosa y la frontera, han dejado de ganar millones de dólares, y no estoy exagerando, recuerden cómo estaban las camionetas cargadas de súper y ropa gringa cuando venían de la Isla del Padre o de Brownsville.
Ahora toda esa gente, ¿dónde creen que está yendo de shopping? Los meros ricos siguen volando a Nueva York, pero los regios se quedan más mejor, sin tanto susto de que los asalten en las carreteras o en un Oxxo al cruzar Reynosa.
Será que con el tiempo las anécdotas cambiarán para los que visitaban McAllen. Porque cada familia tiene una:
– Levántenseee, ya nos vamos de shopping, viejaaaa haz unos lonches pa’l camino.
– ¿Ya nos vamos a McAllen?
– Nooo, vamos a Monterrey y de paso traer unas chácharas al City Market o al Fashion Drive.
Y como decían por ahí, es algo: difícil de creer.