Francisco García Cabeza de Vaca se frota las manos para que el PAN gane al menos dos o tres ciudades importantes de Tamaulipas, para poder apalancarse rumbo a la sucesión de la gubernatura en 2016.
Si las tendencias se mantienen, Acción Nacional puede obtener la victoria en Nuevo Laredo, aunque también tiene posibilidades en Matamoros y Tampico, y menos chance en el puerto jaibo donde el PRI parece que recuperará esa plaza.
De ganar Carlos Cantú Rosas en Nuevo Laredo surgirá el contrapeso natural del corrupto para Cabeza de Vaca, una figura panista limpia que lleva en la sangre un gen que el senador jamás podrá presumir tener.
Cantú Rosas gobernaría la ciudad con un flujo de dinero impresionante gracias al transporte público de carga que cruza esa frontera en ambos sentidos, y es una plaza donde los ciudadanos demostraron con su nutrida concurrencia a las urnas en 2012 que están hartos de todos.
Pero nada está escrito en el municipio más al noroeste de Tamaulipas donde el PRI mandó al experimentado Manuel Muñoz Cano, ex secretario de Desarrollo Social, a reforzar el operativo tricolor.
Cabeza de Vaca tampoco quiere que Leticia Salazar sea la alcaldesa albiazul de Matamoros, porque se convertiría en una fuerte precandidata a la gubernatura con el aval de Josefina Vázquez Mota, más amiga de Lety que de él.
Tan poco de fiar es el corrupto senador que no se descarta que por abajo del agua estuviera operando a favor de Carlos Montiel y Salvador Treviño, candidatos del PRI a alcaldes en Nuevo Laredo y Matamoros, respectivamente.
Como en 2000 se alió a Tomás Yarrington Ruvalcaba, entonces gobernador, para ser diputado federal y en 2004 para ser alcalde de Reynosa.
Hay asuntos en la política, en el gobierno y en la repartición mal dirigida de los dineros públicos que no se alcanzan a ver porque se manejan en lo oscuro, en donde no importan las ideologías, las siglas o los colores de un partido… y eso pasa no solamente en Tamaulipas, sino en todo México.
Son las traiciones y la corrupción a todo su esplendor.