Fui a comprar mandado y me di cuenta de que… ¡vamos a morir!, na, no es cierto, ¿o si?
Durante el trayecto vi mucha, mucha gente en las calles, hasta noviecitos tomados de la mano y toda la cosa, así que el #QuédateEnCasa no está funcionando.
En la entrada de la tienda nos echaban gel antibacterial en las manos, desinfectaban nuestro carrito y nos recomendaban hacer las compras rápido.
En eso estaba cuando una pareja de adultos mayores, el señor mucho más que la señora, se disponían a entrar a la tienda, pero les dijeron que solo uno podía hacerlo.
Les explicaban que eran las nuevas reglas debido a la pandemia que se vive y que además, ellos formaban parte del grupo vulnerable.
“Pues si se puede bien, si no vámonos a otra parte y ya y ni modo”, decía la refunfuñona doña.
Tenían buen rato ahí y no me dejaban pasar, y cuando pude hacerlo le dije que había que acatar las reglas y que no solo era por su bien, sino por el de todos.
“Tu no te metas”, me dijo, pero pues no sería la primera vez que me dijeran eso 😂🤭 además había muchas otras cosas que tenía ganas de decir pero ahí si, me autocensuré.
Pasé, hice mis compras y mientras hacía fila pude ver que muy pocos respetaban la sana distancia, poco importaba que hubiera líneas en el piso que la indicaran.
En eso estaba cuando un individuo casi me respiraba en la oreja, así que volteé y le pedí que por favor, había que dejar el espacio de metro y medio que se indicaba.
“¡Ah si!, ¡no nos vaya a dar el coronavirus!”, dijo el tipo mientras se reía y le comentaba a la gente que estaba atrás de él.
Así que bueno, a ver si se acuerdan cuando nos esté cargando el payaso que no atendieron recomendaciones, se pasearon como si estuvieran de vacaciones y creyeron más en el “chupapanza” que en la existencia del virus.