En los Tribunales Colegiados de Circuito de la Justicia Federal para darle una correcta valoración a las pruebas recurren a la metáfora de “los frutos del árbol envenenado”, y así, observando las reglas de la lógica y las máximas de la experiencia arriban a la conclusión de que si las pruebas se obtienen ilegalmente carecen de valor probatorio.
Criterio que en mí opinión resulta aplicable al caso de las elecciones municipales de Reynosa, en donde para el Instituto Electoral de Tamaulipas se obtuvieron votos mediante la coacción y el uso de recursos públicos.
Pero en el caso que nos ocupa, sería probanza de imposible obtención precisar cuántos votos se obtuvieron mediante la coacción o a través de los recursos públicos como para evaluar si fueron decisivos en el resultado electoral.
Sin embargo, lo que sí resulta indubitable es que los anteriores hechos son graves y dolosos toda vez que así lo considera el artículo 41 fracción VI inciso c) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Aunque está por verse si para los magistrados de la sala regional del TEPJF fueron determinantes en la elección que en mí opinión sí lo son por lo siguiente:
Si bien resulta imposible probar cuántos votantes fueron coaccionados o convencidos por medio de los recursos públicos, debe atenderse que el legislador no precisa cuantía y el solo hecho de utilizarlos es ya causal de nulidad de la elección, o sea, por la gravedad del hecho lo mismo da mil pesos que un millón y aquí cabe aplicar la teoría de “los frutos del árbol envenenado” ya que si la elección se contaminó es obvio que se expandió a los votos y por tanto procede anularla.
Es una medida drástica pero obligada para que en lo sucesivo se abstengan de recurrir a la coacción o al uso de recursos públicos, sobre todo ahora que está permitida la reelección y que por lo mismo propicia que los alcaldes con licencia participen con ventajas, pues es lógica la presunción de que aún estando separados del cargo siguen
teniendo mando sobre las dependencias municipales.
Que tengan un relajado rompe-semana todos.