Las botas están bien puestas en los estribos, las espuelas listas para ser usadas, el sombrero en su lugar y las manos sobre las riendas, así lucen los Vaqueros de Dallas para la temporada que se avecina, donde el SBXLIII es lo único en sus mentes.
Son dos años consecutivos en que los Vaqueros quedan varados en la orilla, y es momento de que el head coach Wade Phillips y el quarterback Tony Romo demuestren que saben ganar campeonatos.
El equipo con la mejor marca en la temporada regular del 2007 dentro de la Conferencia Nacional fue Dallas, nadie en la vieja liga anotó tantos puntos como ellos, quienes totalizaron 455 en la campaña, 28.4 por partido.
Tony Romo tuvo mucha culpa del éxito ofensivo la temporada anterior, pues en su quinto año como profesional completó 335 pases de 520 intentos para una ganancia de cuatro mil 211 yardas, 36 envíos de touchdown, 19 intercepciones y un rating de 97.4.
Su blanco favorito fue Terrell Owens, quien brilló con luz propia al atrapar el ovoide en 81 ocasiones, 15 de ellas para anotación y una ganancia de mil 355 yardas, que lo ubicaron como el líder del equipo en yardas ganadas por aire.
Del otro lado aparece Patrick Crayton, quien se ganó la confianza de su mariscal de campo con sus 50 recepciones, 697 yardas y siete pases capturados para ingresar a las diagonales.
El otro hombre fuerte en el “circo aéreo” de Romo es sin duda el ala cerrada Jason Witten, quien finalizó el año como el segundo mejor en su posición en yardas ganadas, con mil 145, a 23 del líder Tony González, de Kansas City.
En las dos últimas temporadas el juego terrestre de Dallas se combinó en gran forma con los corredores Marion Barber y Julius Jones, pero éste decidió probar mejor suerte y emigrar a Seattle, donde será el titular indiscutible.
Ahora todo el peso recaerá en Barber, quien no está acostumbrado a la carga de llevar el ovoide durante todo un juego. En el 2007 tuvo 204 acarreros para 975 yardas y 10 touchdowns, habrá que ver cómo responde en esta campaña.
Previendo el futuro los Vaqueros tomaron en la primera ronda del Draft Colegial al corredor de la Universidad de Arkansas, Felix Jones, quien podría convertirse pronto en el complemento de Barber en el backfield de los Vaqueros.
Pero nada de todo esto funcionaría como una máquina bien engrasada, de no ser por la gran línea ofensiva que encabeza el centro Andre Gurode, así como los guardias Leonard Davis y Kyle Kosier y los tackles Marc Colombo y Flozell Adams.
La defensiva de los “Chicos” realizó una contratación en la agencia libre que seguramente causará impacto inmediato, pues el explosivo esquinero Adam Jones vestirá el legendario jersey de los Vaqueros por lo próximos cuatro años.
Precisamente la zona secundaria de Dallas fue la más vulnerada en el 2007, pero con la llegada del “Pac Man” las cosas seguramente mejorarán para el equipo de América, que fue la novena mejor defensiva de toda la liga.
La camaleónica defensiva 3-4 fue una muralla contra la corrida, gracias al excelente trabajo del guardia nariz Jay Ratliff, a las alas defensivas Marcus Spears y Chris Canty, quienes además contaron con el brillante respaldo de Greg Ellis y DeMarcus Ware.
Ellis y Ware formaron una de las mejores parejas de cazadores de cabezas en el 2007, se combinaron para 26 capturas de mariscal de campo, el primero de ellos tuvo 12.5 sacks la campaña anterior y el segundo tomó en 14 ocasiones al quarterback detrás de la línea.
Un guerrero de los emparrillados llegó a Dallas en la pasada agencia libre, el linebacker Zach Thomas se integra a la defensiva plagada de estrellas, para convertirse en la pareja de Bradie James en el centro del campo.
Roy Williams es el safety fuerte, Ken Hamlin es el profundo libre y los esquineros son Terrence Newman y Anthony Henry.
En los equipos especiales los Vaqueros vuelven a tener después de muchos años a un hombre capaz de cambiar el destino de un juego, Adam Jones, quien con su elusividad será el encargado de devolver las patadas como lo hiciera en su momento Deion Sanders.
Nick Folk pasó con 10 su primer año como profesional, el novato de la Universidad de Arizona conectó 26 goles de campo de 31 intentos en su campaña debutante, y culminó de manera perfecta al conectar sus 14 goles de campo realizados entre la yarda 30 y la 49.
Los Vaqueros tienen todo para hacer brillar la “Estrella Solitaria” en el cielo de Tampa Bay, donde se disputará el próximo 1 de febrero del 2009 el Súper Tazón XLIII, han tenido dos fracasos, pero saben que la tercera es la vencida.
El destino de la franquicia que nació en 1960 era convertirse en un equipo ganador, y así lo fue desde que Tom Landry tomó las riendas de los Vaqueros ese mismo año para revolucionar el futbol americano con su defensiva 43 y la invención de la “Defensiva Flex”.
Así la “Defensiva del Juicio Final” integrada por monstruos de la talla de Bob Lilly, Mel Renfro y Chuck Howley, se convirtió en la única en impedir que su rival anotara un touchdown en un Súper Tazón, el VI, al vencer a los Delfines de Miami 24-3.
Comandados por el “Capitán América”, Roger Staubach, Vaqueros lució su dominio de la Conferencia Nacional durante toda la década de los 70, convirtiendo a Dallas en la franquicia más ganadora en aquel decenio.
Después 20 años más tarde Troy Aikman, Emitt Smith y Michael Irvin, marcaron una época y convirtieron a los Vaqueros en la dinastía de los 90 ganando tres súper tazones XXVII, XXVIII y XXX.
Ahora estos “chicos” quieren emular a sus ancestros, con un sexto título que colocaría al equipo por encima de todos en la NFL, tienen las armas para realizar una monta perfecta y seguramente las aprovecharán.
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