Cd. de México.-
Tras su paso por el Festival de Sundance y haber obtenido diversos premios en encuentros especializados en fantasía, la película “Turbo kid” llega a la Cineteca Nacional como parte de la muestra Quebecine para presentar una historia de amistad, fe y con todo el sello de los años 80.
“La historia viene de un corto que habíamos hecho años atrás, pero cuando empezamos a escribir, como nosotros crecimos en los 80, queríamos traer de vuelta estas historias que no acaban y en ellas encontrar el arte de la cinta”, expresó el director Yoann-Karl Whissell en entrevista con Notimex.
La cinta relata un momento en la vida de un joven (Munro Chambers) que en un mundo apocalíptico toma la personalidad de un superhéroe para salvar a su amiga (Laurence Lebeouf) y luchar por sobrevivir en medio de la muerte y la destrucción que los rodea.
Con la influencia de cintas como “Robocop” o “Gremlins”, los directores Yoann-Karl Whissell, Francois Simard y Anouk Whissell, quienes trabajan juntos desde hace más de 10 años, buscaron la diversión y la fantasía para mezclarla con el gore y la sangre de películas de serie B, todo al servicio de la anécdota.
“Había una forma de contar historias en los 80 que quisimos rescatar, porque se tomaban el tiempo de construir personajes y hacer que la gente se enamorara de ellos, queríamos que los dos personajes se sintieran muy genuinos en medio de un mundo totalmente loco”, continuó Whissell.
Así, el trío de directores busca también dar diversos mensajes al público, a través del contraste de personajes coloridos y llamativos en medio de un universo gris y sangriento.
“Lo que hicimos es contar una historia del sacrificio de uno mismo, de creer en uno mismo y convertirse en alguien mejor, en lo que uno quiera. Además de que hay un mensaje ecológico porque de alguna manera estamos yendo hacia ese mundo que se destruye muy rápido y tenemos que tomar una decisión pronto como humanos”, dijo Whissell.
Asimismo, la fe y el seguir adelante son temas implícitos en esta historia que transporta al público a través de su música, de los objetos que aparecen y de una atmósfera construida con cuidado.
“Me gusta el punto de que aunque el mundo es gris, triste de muchas maneras, los personajes de “Kid” y de “Apple” destacan, son muy coloridos y eso habla de la amistad y de la fe”, concluyó Francois Simard.
La película forma parte de la muestra Quebecine Mx que estará presente hasta el 21 de febrero en la Cineteca Nacional.