Cd. de México.-
Si regresas de Rusia luego de haber asistido al Mundial de futbol, o de otro país y no has declarado que llevas en tu maleta productos agroalimentarios con restricciones de ingreso, por más que los escondas los oficiales caninos los van a descubrir.
Son 107 perros activos en aeropuertos, puertos y fronteras adiestrados en el Centro Nacional de Adiestramiento de la Unidad Canina (Cenaduc) por personal especializado, que a su vez fue capacitado en Estados Unidos y en México y en donde han pasado 21 generaciones de esos animales.
Surgidos de ese centro que pertenece al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), los perros que son llevados por 115 manejadores, trabajan en 49 puntos de inspección en la República para evitar el riesgo de introducción tanto de plagas como de enfermedades exóticas, y conservar el estatus sanitario agropecuario del país.
Los elementos caninos inspeccionan, mediante el olfato (con un 93% de efectividad) los equipajes y mercancías de los pasajeros que transitan por terminales. Podrás identificarlos fácilmente ya que se encuentran uniformados con chalecos que ostentan el logotipo del Senasica-Sagarpa.
En sitios como en los aeropuertos, los perros esperan atentos a unos metros de la banda del equipaje para comenzar a olfatear maleta por maleta. En un caso sucedido esta semana, de entre todas las maletas, uno de los canes se sentó frente a una estas y con su trompa la tocó una, dos y tres veces, como llega a suceder cuando algún pasajero lleva algún producto. El oficial tomó el equipaje pidió al dueño lo abriera y se encontró dentro una manzana la cual fue decomisada.
En uno de estos alimentos, pueden introducirse larvas de mosca de la fruta, lo cual, de llegar a un campo productor afectaría toda la producción frutícola del país. Ese es sólo un ejemplo de algún mal que se puede provocar si entra a la República alguna plaga o enfermedad exótica.
Por eso, a través de ese centro, se han enfocado más acciones para adiestrar cada año a más perros, que son donados por sus dueños, rescatados, o llevados de albergues caninos.
Las razas seleccionadas son labrador, cobrador de labrador, golden retriever y algunos de los llamados callejeros, pero todos amigables y dóciles para que no intimiden a los viajeros e incluso se da en momentos acercamiento con los niños sin ningún riesgo para ellos. Se escogen que sean juguetones y ávidos por el alimento.
Se tiene un registro, de los 71 perros que están en el padrón, de 93% de efectividad en su trabajo. Es decir, que en ese porcentaje de equipaje o carga que ellos marcan se ha detectado alguna fruta, planta, carne o alimento.
El 7% restante que no, ha sido porque si percibieron olor debido a que en esa maleta, bulto o contenedor, quedaron residuos o aroma de algún producto que ahí estuvo. Incluso han detectado cosas que han intentado ser envueltas o escondidas o rociadas con perfume para evitar ser ubicadas.
Son adiestrados con aromas de carne de res, puerco, cítricos, manzana y mango, para que aprendan a detectar esos y otros olores con los que el animal marca el equipaje donde los detecta.
También perciben otros aromas como chocolate, leches, productos cárnicos que son elaborados de forma industrial y que tienen algún proceso de esterilización y empaque al vacío, pero esos no los señala, ya que no se le enseña a marcarlos porque está permitido su ingreso.
Gracias a los canes, se puede hacer la revisión, por ejemplo, de 200 maletas de manera rápida, pero si personal hiciera la inspección, se tardaría en promedio un minuto por valija. Es decir que el último en la lista tendría que esperar de 200 a 300 minutos para que sus pertenencias sean revisadas.
Además, los perros no saben si el dueño de la o las maletas es un político, un artista, una persona prepotente o influyente. No distingue a la gente, sólo se enfoca en el equipaje y el oficial a cargo del can debe cumplir con su responsabilidad de señalarle al responsable que está introduciendo algo ilegal, por lo que le será decomisado, destaca la Sagarpa.
Expone que son 67 unidades caninas las que están repartidas en varios estados, con personal que en algunos casos se turna y en otros cuando es un solo oficial para un perro, el animal no trabaja cuando su manejador está de vacaciones, incapacidad o permiso, pero el puesto no se desatiende, ya que siempre hay vigilancia.
La vida laboral para este tipo de actividad de los perros es en promedio ocho años, por lo que la edad ideal para comenzar es entre un año y dos. Se darán de baja por cumplir la edad o por problemas de salud. Los animales son sometidos a un proceso de adjudicación para quien los quiera comprar por una cantidad simbólica en donde entrarán los manejadores de los mismos, pues llegan a encariñarse o alguna otra persona, pues el esquema es abierto de acuerdo con la ley.
En el Cenaduc cuentan con amplias instalaciones para tener en buenas condiciones a los animales, con servicio médico y quirófano para cirugías sencillas como la esterilización de machos y hembras, y para atención más compleja, existe convenio con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Veterinaria y Zootecnia.