Guadalajara, Jal. / Abril 20.-
La mañana de este martes fue la mejor en mucho tiempo para los internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Puente Grande, Jalisco. No fue suficiente el hecho de que vivieran el día de visita familiar, sino que, además, fueron visitados por el equipo más popular del país, las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Como parte de la dinámica que Chivas realiza al visitar diversos municipios del estado de Jalisco —en su momento ya estuvieron en Ocotlán y Arandas—, el equipo de Jorge Vergara logró que se abrieran las puertas de uno de los reclusorios, por cuya fama es ampliamente conocido en todo el país.
Miles de recluidos que forman parte de la población que supera los 6 mil presos —según varios empleados del centro penitenciario que confiaron a EL UNIVERSAL que éste cuenta con un 400 por ciento de sobrepoblación— fueron los que observaron el ensayo futbolístico de Chivas en el inicio de su semana de trabajo, ante unas condiciones que no eran precisamente las más adecuadas para entrenar.
El campo de juego, encasillado en una de las alas del núcleo penitenciario, contaba en una parte importante con superficie de tierra, aunque en algunas partes aparecía el césped, que tampoco estaba en el mejor estado posible, pero aún así, el técnico de Chivas, José Luis Real, manifestó que estas cosas pasan a segundo término cuando el equipo realizó una labor social importante.
“La cancha no es parecida a lo que tenemos, pero tampoco es un impedimento para continuar con el trabajo de la semana. Solamente la entrada nos puso a pensar, pero siempre hubo un gran respecto y una buena conducta”, reconoció el técnico del Rebaño.
Mientras Chivas entrenaba en la cancha que lo permitía, un equipo de reclusos, autodenominado “Selección CRS”, hacía ejercicios precompetitivos. Al parecer, alguien los ilusionó con la idea de que jugarían una “cascarita” contra el primer equipo rojiblanco, como ocurrió en la década de los 80, con José Luis Real, hoy técnico de Chivas, como jugador en aquel entonces.
La noticia de que su juego no sería contra los titulares, sino frente a un equipo conformado por el cuerpo técnico, staff rojiblanco y el piloto de Serie NASCAR, “Toño” Pérez como refuerzo —también visitó las instalaciones penitenciarias— fue tomado con filosofía, al tiempo en que Jorge Vergara arribó a las instalaciones del Cereso, acompañado de su esposa, Angélica Fuentes, y que apareció intempestivamente en la cancha ante el grito de uno de los guardias: “¡Pasillo libre!”, tal y como ocurrió ante la llegada de los medios de comunicación al lugar, pues no menos de 40 periodistas estuvieron presentes en el interior del inmueble.
Ya en el lugar, Vergara Madrigal convivió con los reclusos y deseó que toda la ciudadanía también ponga de su cosecha para regresar a la vida normal y cotidiana a quienes, por diferentes circunstancias, purgan ahí todo tipo de condenas.
“Hay que ayudar a que esto no siga creciendo y también debemos ayudar a que la gente que está aquí, salga bien. Creo que es labor de todos los ciudadanos el que nos hagamos conscientes de que necesitan ayuda para salir. Chivas deja un mensaje de aceptación, de enseñar la paz y la tolerancia y entender que quien se equivoca, puede corregir”, señaló el dirigente rojiblanco.
La estrella del día fue, sin duda, el ídolo rojiblanco venido a menos en lo futbolístico: Adolfo Bautista, quien recibió un sinfín de ovaciones de los internos. Tal situación se hizo evidente cuando, al término del entrenamiento, y el trote final del equipo alrededor de la cancha, “El Bofo” se llevó carretadas de aplausos que el propio jugador devolvió de la misma manera a los reclusos…. Ahí dentro, la gente aún lo quiere.
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