Cd. de México.-
Armados únicamente con sus ganas de iniciar una carrera y el tiempo que le dedicaron a estudiar, este fin de semana cerca de 101 mil egresados de la Educación Media Superior acudieron al Instituto Politécnico Nacional (IPN) para presentar su examen de ingreso a una carrera profesional.
Desde las 9:00 de la mañana (algunos desde antes de las 7:00) se formaron y comenzaron a entrar a la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, en la Ciudad de México. El sábado presentaron su examen de admisión 51 mil 492 aspirantes y el domingo 49 mil 372 jóvenes que acudieron a las 14 sedes de la capital y las 17 en el país.
En total, 100 mil 864 jóvenes de todo el país buscan un lugar en el Politécnico, lo que representa un incremento de 14.19% respecto a los del ciclo 2015-2016. El año pasado, el IPN aceptó a 23 mil 349 de los 88 mil aspirantes.
Los jóvenes podrán consultar los resultados del examen de ingreso con su número de registro, a partir del 9 de julio en la página web www.ipn.mx. El inicio del ciclo escolar 2016-2017 es el 8 de agosto de 2016.
Los aspirantes sólo podían pasar a los salones de aplicación con su identificación y su ficha de examen para el proceso de admisión escolar para el ciclo 2016-2017, adentro les entregaban lápiz, goma y sacapuntas. Al frente del aula debían dejar bolsas y mochilas.
La sensación que se percibía en los salones era de solemnidad y nerviosismo. El silencio era absoluto. Después de las 9:30 todavía llegaron un par de jóvenes corriendo para intentar llegar a la prueba.
Para Mariana Prieto, de 22 años, quedar en la escuela no significa sólo un logro académico. “A mí me impulsa mi hija, me costó mucho trabajo retomar la escuela después de mi embarazo y quiero regresar a estudiar para tener un mejor futuro”, dijo.
Luis Ernesto Rodríguez, de 19, estudió entre cinco y seis horas diarias durante los últimos seis meses, pues para él quedar en el IPN es un sueño. “Me esperaba el examen muy aparatoso, pero si estudias bien y con tiempo suficiente no está difícil”, comentó.
Los más nerviosos eran los papás, quienes esperaban en la salida que sus hijos trajeran buenas noticias. Elba Araceli Alas espera por tercera vez a su hija Maritza, quien quiere ser arquitecta. Si este año no logra entrar al Politécnico le pedirá que trabaje. “Es su sueño. Estoy nerviosa porque quién sabe si quede, otra vez”, señaló.