Cd. de México.-
La idea de anticiparse al futuro y hacerse cargo de sus gastos funerarios tomó su forma definitiva cuando murió su primo mayor y más querido.
“Ya tenía pensado pagar mi funeral, pero pues la desidia siempre me ganó, hasta que mi primo murió. Tenía 52 años y yo 45, me di cuenta que no tenemos la vida comprada y que en cualquier momento me podría pasar a mí o a cualquiera más de mi familia”, asegura María Eugenia M. Martínez, una contadora que ya tiene 10 años de haber terminado de pagar sus gastos funerarios y los de su hija a 12 meses sin intereses.
“Lo hice para que mi hija no tuviera problemas, porque por probabilidad, yo me voy a ir primero”, asegura. Pero por cualquier cosa, ya hasta le pagó el funeral a su única hija. A partir de la muerte de su primo, no sólo se preocupó porque sus gastos funerarios y los de su hija estuvieran pagados, sino también alentó a su padre para que pagara los de él y los de su madre.
Pero ella es apenas una excepción en México. Según datos de Gayosso, sólo 4% de la población goza de previsión funeraria. Y 44.4%, de acuerdo con un ejercicio realizado por ComparaGuru.com, de plano ni siquiera lo ha pensado. De igual manera, sólo 4 de 10 tiene algún tipo de seguro en el caso de fallecer de forma imprevista. El resto, más de la mitad (55.6%), ni siquiera ha pensado en sus gastos funerarios en el caso de llegar a morir y no cuenta con ningún seguro que pudiera proteger a su familia en el caso de que muera.
Por supuesto, la gente no quiere dejar a sus familiares en problemas cuando muera, pero este escenario por desgracia se convierte en una realidad si no se planea el pago de la propia muerte con anticipación. Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en México 3.2% de la población ha tenido que recurrir a un préstamo para solventar los gastos que conlleva un funeral.
Convirtiéndose éstos en el “primer golpe financiero” que la familia debe afrontar tras el deceso. Después, tristemente si no se tuvo planeación en otros ámbitos, es probable que vengan otros golpes económicos.
“Por ello es importante que reflexiones y tomes en cuenta la importancia de contar con un seguro que ayude a tu familia a solventar estos gastos, que podrían representar una piedra muy pesada por cargar”, recomienda la institución.
¿Cómo prepararse?
Existen varias opciones. La primera es que contrates un plan de gastos funerarios que te permita pagarlos a meses sin intereses. La segunda es que contrates un seguro de vida, ya que éstos en la mayoría de sus modalidades ofrecen la cobertura de gastos funerarios, ya sea que se incluya dentro de la cobertura básica del seguro, o como cláusula adicional, es decir, que debas contratarla por separado, explica la institución.
Morirse no es un asunto que se planee y nunca podremos estar completamente preparados para ello. Pero anticiparse financieramente ante este suceso natural permitirá que tu familia pueda respirar tranquila –al menos en este rubro– cuando tú mueras.