Reynosa, Tam.-
Para unas decenas de agricultores y jornaleros tamaulipecos, el progreso está a miles de kilómetros de distancia de sus hogares, en el norte, en el las frías praderas de Canadá donde, tras seis meses de empleo, pueden obtener poco más de 200 mil pesos.
El Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (Ptat) ha significado para estos hombres una oportunidad para desarrollarse económicamente ya que los sueldos que perciben en ese país realizando diversas actividades agrícolas superan los salarios que se ofertan en México.
Aunque la iniciativa fue implementada en la década de los setenta del siglo anterior, el interés de los habitantes de la entidad por laborar en la referida nación ha ido en aumento hace apenas unos años; tan solo en 2013 el gobierno canadiense otorgó 538 visas temporales a agricultores del Estado de Tamaulipas.
Y es que a diferencia del “sueño americano”, en donde muchas ocasiones el mexicano suele producir bajo el estatus de ilegal, en Canadá se puede hacer con la documentación en regla cumpliendo con las obligaciones que marca la nación pero también recibiendo los beneficios que otorga a los empleados.
El Servicio Nacional del Empleo (SNE) es la instancia encargada del procedimiento para reclutar a la mano de obra mexicana que se enviará a las granjas de aquella región bajo contratos de cuatro meses o más en los que el empleador les proveerá seguridad social, vivienda, transporte, entre otros.
Las jornadas laborales son de 8 horas, sin embargo, pueden extenderse si se requiere para cumplir con la agenda productiva y aunque pudiera resultar agotador, el empleado recibe regularmente el pago de horas extras y con ello acrecienta su remuneración.
Es precisamente el factor económico que impulsa a los habitantes del sector rural a enlistarse en el programa ya que lo que ganan en un año laborando en la agricultura de la región o realizando otras actividades, en Canadá pueden conseguirlo en dos bimestres, eso sí, trabajando de sol a sol.
DE LUNES A DOMINGO
Ramiro Valdez Mireles asegura estar listo para regresar a laborar a Canadá una vez que sus empleadores soliciten sus servicios mediante el programa Ptat, esta sería la cuarta ocasión que se traslada a ese país donde se desempeña como chofer de los camiones en los que se transporta la fruta que se produce como manzanas, duraznos, entre otras.
Habitante del Ejido “Alfredo Bonfil”, conocido como “Periquitos”, el entrevistado asegura que encontró una alternativa para recuperar su patrimonio acudiendo a laborar en la agricultura canadiense que año con año requiere mexicanos, y personas de diversas nacionalidades, para su funcionamiento.
El primer periodo que trabajó, en el año 2011, su función fue la de recolectar el producto y llevarlo a la granja. En los ciclos restantes fue habilitado como conductor de vehículos para transportar las frutas.
“El trabajo es diferente, allá se trabaja todos los días, no descansas los sábados y domingos como aquí en México. Allá se empieza el día y se termina hasta que uno quiera, te dan trece o catorce horas y cuando hay mucho trabajo hasta 15 horas es lo que se trabaja”, comenta.
Dice que cuando le hablaron sobre el programa decidió realizar la solicitud para conocer si en verdad era una alternativa positiva emplearse en ese país. Con la experiencia que ha adquirido a lo largo del tiempo asegura que sí le ha funcionado bien por lo que está dispuesto a retornar en la fecha que se le indique.
Refiere que su lugar de trabajo es una zona rural de una ciudad llamada Oliver, misma que pertenece a la Columbia Británica que es una provincia situada al oeste de Canadá. El clima en la temporada de cosecha, en los meses de mayo en adelante, no es tan frío, ya que se registran temperaturas que oscilan entre los 18 y 20 grados centígrados en promedio.
Casi no tiene referencia del lugar ya que es difícil que le sobre tiempo para “turistear”, solo sabe que la ciudad, en la que miles de mexicanos convergen año tras año para laborar, está rodeada por valles y montañas.
Cuenta que al llegar se les otorgan todas las facilidades para que puedan instalarse e iniciar sus actividades sin contratiempos, entre las que destacan vivienda, seguro médico y transporte hacia las granjas.
“Cuando llegamos el patrón ya nos tiene departamentos y para alimentación nos trasladan a las tiendas a surtirnos. También contamos con seguro médico por si nos enfermamos o tienes algún accidente”, dice.
Valdez Mireles, quien es padre de tres menores de edad, expone que se les paga por hora, entregándoseles el salario íntegro cada quincena. Comenta que al solo tener que gastar en alimentación el dinero es suficiente para mantener los gastos de su familia que radica en este municipio fronterizo.
“Como se trabaja todos los días entonces el dinero te rinde un poco más, con trabajar cuatro meses ganas lo que en un año aquí en México. Solo dejo para mis gastos y lo demás se lo envió a mi familia”, dice.
Un aspecto que destaca es el clima laboral que en esa región del mundo es propicio pues las labores se llevan a cabo con normalidad sin conflictos que pudieran afectar al
empleado y sin racismo hacia el trabajador extranjero.
“Estas temporadas me la he llevado bien con los canadienses, no he tenido problemas, todo está bien”, comenta.
Con sus ahorros adquirió un terreno en el que ya erigió una casa construida con concreto, la cual contempla ampliar conforme siga acudiendo a trabajar a Canadá. También adquirió una parcela en la que apenas está naciendo el sorgo que sembró semanas atrás.
Refiere que en el tiempo que está en México realiza algunos trabajos para “irla pasando”, haciendo un buen uso de sus ahorros para no dejar desprotegida a su familia.
“Con el dinero que se guarda no la vamos pasando, a veces hago trabajos, salgo a buscarle. Como quiera no te la pasas muy duro, se va gastando el dinero poco a poquito en lo que se necesita”, concluye el entrevistado.
Conoce la historia completa a través de la edición de Hora Cero Tamaulipas, en el siguiente enlace:
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