Cd. de México.-
Dos de las seis refinerías que controla Pemex operan a niveles críticos y el próximo gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, las tomará prácticamente desde cero, advierten analistas.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, los complejos de Madero y Minatitlán trabajan a muy baja capacidad de uso. El primero sólo contribuye con dos de cada 100 litros de gasolina Magna que se consumen en el país, mientras que el segundo apenas aporta tres de cada 100 litros. Ninguno de los dos procesa un solo litro de gasolina Premium.
Ramses Pech, de la firma Caraiva y Asociados, y George Baker, consultor de Mexico Energy Intelligence, opinan que las autoridades energéticas “ahorcan” a las refinerías al importar los hidrocarburos refinados, en vez de procesarlos en México.
Para 2019, el nuevo gobierno federal deberá desembolsar más de 4 mil millones de pesos para cumplir con los programas de mantenimiento integral de las dos refinerías. El plan de López Obrador busca revertir la caída de la producción petrolera con la modernización de las seis refinerías y construir dos, una en el puerto de Dos Bocas, Tabasco.
El gobernador electo de Tabasco, Adán Augusto López, informó ayer que la nueva refinería que se proyecta en el estado puede estar terminada en tres años y procesará hasta 400 mil barriles diarios de petróleo.