México, D.F. / Ene. 4
Jimena se mostró sorprendida. Nunca había visto una rosca de Reyes tan grande como la que este domingo se colocó en el Centro Histórico de la ciudad de México.
Dos mil metros de pan decorado con frutas ocuparon la avenida 20 de Noviembre, desde Plaza de la Constitución hasta avenida Izazaga.
Héctor Santillán, padre de Jimena, acudió con su familia al Zócalo para visitar el Museo del Templo Mayor y en el camino descubrió la rosca monumental, donde los discursos oficiales dieron paso a la tradicional partida del tradicional pan.
Sus dos hijos recibieron junto con su trozo de rosca un cuarto de leche con chocolate o fresa.
En la elaboración del pan participaron más de 2 mil personas de distintas panificadoras para conformar la rosca más grande del mundo.
De acuerdo con Antonio Arias, consejero de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora y Similares de México (Canainpa), se destinaron alrededor de 100 horas de trabajo durante cinco días en esta labor.
Para la realización de la rosca —que pesó casi 10 mil kilos— se emplearon 6 mil 600 kilos de harina, 3 mil de mantequilla, 44 mil huevos, mil 500 litros de leche, dos mil kilos de azúcar, 120 de sal y 350 de azúcar glass, entre otros ingredientes esenciales para la elaboración del pan y su colorido decorado.
Laura Velázquez, secretaria de Desarrollo Económico local (Sedeco) dijo que el Gobierno del Distrito Federal contribuyó con la compra de la materia prima equivalente a la mitad del costo total que tuvo del pan.
Se invirtieron 400 mil pesos en conjunto entre la Canainpa y el gobierno capitalino para este evento, no obstante la Cámara que el costo fue de un millón de pesos.
Pese a la poca participación de gente en este evento, que el año pasado fue multitudinario, este domingo se planeaban distribuir 200 mil porciones entre quienes acudieron al centro de la ciudad.
Velázquez afirmó que en la capital hay 6 mil panaderías que han sido afectadas por el aumento en los precios de los insumos, como la harina, el huevo y otras materias primas.
El reto para la dependencia a su cargo, agregó, es que en 2009 sigan abiertas y no suban demasiado sus precios.
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