Buen juego, cumplió con las expectativas, le íbamos a Cincinnati, pero la defensa de Los Ángeles (ese Aaron Donald, tremendo) hizo lo suyo para no dejar lucirse a Joe Burrow y pues ni modo, los Bengalíes ya tienen tres supertazones perdidos, al rato alcanzan a Buffalo con cuatro.
Jugadas espectaculares, las de Odell Beckham Jr., lástima que salió lesionado, ni se diga el más valioso Cooper Kupp, ese man se cocina aparte.
Ja’Marr Chase y Tee Higgins, también muy buenos por los Bengalíes, pero no alcanzó porque Donald, Von Miller y compañía, una defensa bruta que a puro mal traer mantuvieron a Burrow toda la tarde-noche, ni se diga cuando había que apretar en el último cuarto y de este segmento, en especial en los últimos minutos, incansables esos “cazacabezas” de amarillo y azul.
“Déjenme tomar una cerveza!”, les dijo Sean McVay a nivel de cancha a los entrevistadores de la cadena con los derechos de transmisión del juego, y se lo tenía merecido el entrenador en jefe más joven (36 años y 20 días de edad) en ganar el tan preciado anillo, indudablemente un gran conocedor de ese negocio.
Buen partido, un 23-20. Repetimos, Cooper Kupp hizo el partido de su vida y le sacó las broncas a Matthew Stafford y a McVay para no perder en casa ante un gran rival.
ÁGUILA DEFECA SANTOS
El lugar 17 le ganó al sitio 18 o sea el penúltimo venció al último de la tabla.
¡Uuuy que emoción (¡What Emotion!) Bola de ridículos, ganó el menos malo, que liga tan mediocre.
Al Frustra Azul ya no es raro, le sacaron el juego con dos goles en tiempo extra, después del minuto 90, iba ganando inchemente 1-0, es su eterna maldición.
Solo el juego Puebla-Atlas fue un partidazo (miren lo que nos hacen decir) con sendos golazos por cada conjunto, uno de chilena, incluso hubo un tercer golazo, pero fue anulado, ¡ah!, como disfrutamos ese juego de dos eternos mediocres ahora convertidos en líderes.
Para eso alcanza esta móndriga liga tan malona, pero ni modo, aquí nos tocó nacer.
¡Ah! Se nos olvidaba, los Tigres le ganaron a las Perras Con Cuernos, nada nuevo, en una semana que fue “ni fu, ni fa”, en nuestro pambol ratonero.