Uno con cuatro en la frente, otro con tres… y sus fans tranquilitos… calladitos… nadie es papá de nadie, nadie “le echa carro” al vecino; unos le echan la culpa al árbitro, los otros también… ¡total!
En el de Tigres la culpa no es necesariamente del silbante, como quiere hacer ver su entrenador. Lo que sí podría ser, es la falta de trabajo para corregir posibles fallas, sobre todo en sector defensivo.
En el caso de Angulo, es muy evidente que si antes ganabas 10 pesos y hoy ganas el triple, (en realidad, antes ganaba 4MDP anuales; hoy gana 12) se te acabe el hambre y las ganas de correr.
Por eso no llegó a siquiera tratar el centro de Tabó, que luego recentra Antuna para Baca. Angulo hizo excelentes partidos como central por derecha. Cuando lo cambian a lateral izquierdo, termina expuesto, como también lo exhibió Martino en el Tri donde en dos partidos lo hicieron pedazos por el corredor izquierdo.
Aquino conserva cierta gambeta y engaño para aportar algo, poco, pero algo al frente; ya defendiendo, sus carencias son evidentes. En un gol le ganan la espalda, nunca huele a su rival atrás y en otra, comete un penal asqueroso.
Si a eso le sumas a dos centrales técnicamente cortos, jamás vas a ganar un partido porque aunque metas siete, te van a hacer nueve. No son los árbitros, no siempre son los árbitros lo responsables. El DT tendrá que hacer un poco de autocrítica y saber que si decidió jugársela con lo que tiene en defensa, que no es mucho, que mastique y trague sin hacer gestos.
Lo que pasó en Rayados es un tanto diferente, aunque parecido. Ahí sí, un penal innecesario, cortesía del silbante; otro cortesía de un limitadísimo Gallardo que empuja al rival por la espalda al minuto 90, como si hubiera apostado a favor del Santos; un gol de cabeza que hace Santos donde el balón podría haber resbalado por el brazo del delantero antes de picar y entrar en el ángulo. Recordemos que a un Janssen le anularon un gol luego de pegarle con el parietal y rozarle el hombro porque “cometió mano”.
Pero hoy, el VAR juega en favor de los laguneros, como en los anteriores torneos jugó en favor de Atlas, como si hubiese un arreglo previo entre el dueño de ambos clubes y los silbantes.
Y a hacerse tontos con el penal cometido sobre Pizarro porque él “tocó antes” al defensor, sí es un descaro total y absoluto de parte de el del silbato y el VAR.
Si hubiese que fincar otra responsabilidad podría ser sobre el entrenador albiazul que intentó cuidar el gol de ventaja prefiriendo defenderse-defendiendo, en lugar de atacando.
Un principio básico del fútbol –entre los que saben– dice que para defenderte mejor, debes tener tú el balón, no andar persiguiendo al rival que le permitiste tenerla.
Sí… el árbitro se equivocó, pero no sólo él…