De nueva cuenta los ánimos en Nuevo León por atraer un evento polideportivo que obligue a mejorar nuestro deporte no mediático y a mejorar la fachada del área metropolitana de Monterrey, vuelven a percibirse.
Ante el retiro a Barranquilla, Colombia, como sede de los Juegos Panamericanos de 2027, el estado pronto levantó la mano por conducto del Gobernador Samuel García, muy seguramente alertado del hecho por Melody Falcó, titular del deporte nuevoleonés.
Estos Juegos convocaron, en su última edición, la 19 celebrada en Santiago de Chile entre octubre y noviembre de 2023, a 6 mil 909 deportistas de 41 países del Continente Americano, que participaron en 39 deportes.
Los siguientes Juegos, los de 2027, estuvieron programados para “La Arenosa” o la “Puerta de Oro de Colombia”, o sea Barranquilla.
Sin embargo, estos Juegos no podrán ser ahí, al incumplir el comité organizador local con las garantías monetarias que en depósito solicita Panam Sports, la asociación que resguarda los Juegos.
Lástima, Barranquilla ha ido en franco desarrollo urbano y su población es verdadera aficionada al deporte en general, no en balde es sede casi permanente de la Selección Colombia de futbol.
Si los pagos que debió hacer la organización local, alrededor de 8 millones de dólares, no se hicieron, seguramente fue por las diferencias políticas entre el gobierno federal y el local: izquierda y derecha. Aceite y agua.
Qué pena también por Colombia, que ha ido ganando un destacado lugar en el Olimpismo, logrando importantes medallas en diversos deportes; los JJ.PP. los catapultarían todavía más dentro del deporte latinoamericano.
Con Barranquilla fuera del proceso quedan abiertas las posibilidades para que otras ciudades del continente busquen los Juegos, con la condición, no tanto del depósito monetario, pero sí de mostrar real capacidad de poder con el evento, ya que solo faltan tres años y generalmente se otorgan con seis o siete de anticipación.
Hasta ahora, Buenos Aires, Asunción, Guadalajara (sede en 2011) y Nuevo León han mostrado interés por rescatar los Juegos.
El Gobernador Samuel García lanzó el reto de ir por ellos, vía sus redes sociales, pero cualquiera que haya sido la media de su sondeo sería irrelevante, porque es difícil que la gente común conozca sobre este tema. El mismo Ejecutivo desconoce no solo del tema, sino del deporte.
Primero hay que entender que un evento como este no es negocio y que generalmente las pérdidas son altas, puesto que se trata de deportes no mediáticos en su gran mayoría.
Empero, organizarlos sirve a la sede para mostrarse al continente, lucirse, mejorar los servicios públicos básicos, mejorar la infraestructura deportiva existente, contar con nuevas instalaciones, motivar a deportistas y entrenadores, generar cultura deportiva, buscar calificaciones olímpicas en los deportes en que pueda haberlas, y quizá dar el salto a algo más grande, por qué no, como unos Juegos Olímpicos.
Nuevo León, su área metropolitana en particular, no ha tenido eventos polideportivos de corte centro o panamericano. Ha tenido algunos campeonatos internacionales y mundiales de muchos deportes, pero no todos al mismo tiempo.
Tiene algunas instalaciones que pueden usarse en unos JJ.PP., otras que pueden mejorarse o adaptarse y otras que se tendrían que construir. El dinero sería lo de menos, Nuevo León tiene para eso y más, y tiene empresas que, seguro, se la jugarían. Igualmente tiene personas muy capaces para la organización de eventos de este tipo.
En el pasado el estado pugnó por traer la Universiada Mundial. Lo hizo en tres ocasiones: una bajo el mandato de Fernando Canales y dos con José Natividad González Parás.
Se buscó la de 2003, pero luego el estado desistió al considerar que la Serie Cart de automovilismo le daría más renombre que una Universiada Mundial.
En 2003 fue por la de 2007 y la tercera fue en 2004, buscando la de 2009, quedando muy cerca de ser la elegida.
En esa época la UM albergaba solo 10 deportes oficiales, 3 locales y 6 mil participantes de todo el mundo.
Para el actual Gobierno no sería difícil conseguir en este momento los apoyos federales para realizar la justa en 2027, aunque habría que considerar que a la administración federal poco le importa el deporte que no figura en los medios.
Lo embarazoso sería que el Gobernador García, quien terminará su periodo en 2027, trate a los JJ.PP. con su estilo bronco, porque ya lo veo peleándose con Panam Sports, con instancias nacionales o internacionales.
Valdría la pena buscar la sede, pero más ganarla. Habría un gran legado en muchos sentidos, el mejor, quizá, y más allá de las medallas y de la política, sería dar un pequeño salto para convertir a Monterrey y su área en una regia urbe, funcional, aunque sea a nivel de Latinoamérica.