Sábado por la noche, tranquilidad absoluta para los que fuimos a ver el futbol y en otros lares los partidos en distintos deportes recién terminaban, los aficionados e incluso jugadores cenando cuando comenzaron a salir los reportes, parecía broma, pero era verdad, los Mavericks de Dallas cambiaron a su jugador franquicia, al emblema actual y justo con quien llegaron a las finales la temporada pasada, Luka Doncic.
Luka tiene 25 años y es el segundo europeo más mediático detrás de Nikola Jokic. Como uno de los 5 jugadores más importantes en el planeta, se asumía o asumíamos muchos, que era intocable y se encaminaba a ser la imagen de la franquicia al menos por los siguientes 5 a 10 años, pero la gerencia tenía otra idea en mente y al visualizar que no querían dar un contrato estratosférico a un jugador que es una estrella mundial, pero a la vez se le cuestiona mucho la actitud así como su nivel de cuidado en el aspecto físico, simplemente dieron un manotazo en la mesa y lo cambiaron a los Lakers de LA, el mayor mercado mundial para el deporte, o al menos en USA.
El solo hecho de deshacerse a media temporada de un jugador ícono, habla mucho de las serias dudas de su propia dirigencia, para el esloveno debe ser un golpe fuerte en su ego, así como una llamada a mejorar sus procesos personales para mantenerse en la élite de la NBA si desea trascender más allá de ser el chico maravilla pero que no sabe defender, por ende, no gana campeonatos.
Los superestrellas tienen regularmente la tendencia a ser buenos defensas, así como la explosividad ofensiva para comandar equipos a ganar trofeos, pero Doncic no ha tenido el progreso defensivo, destaca mayormente por su capacidad de hacer puntos a diestra y siniestra.
Los analistas en USA comentan que este cambio fue sorpresivo y ni los involucrados sabían, por lo que esto podría marcar una tendencia a exigir mayor profesionalismo a quienes aspiren a los contratos máximos que el sindicato de jugadores a negociado por años, para el cual, Luka ya no será elegible al menos en unos años.
Las repercusiones de este movimiento telúrico se verán desde este año, tanto en la capacidad de Lakers de juntar a 2 superestrellas acostumbradas a tener el balón, o tal vez Lebron quiera pedir un cambio y jugar en un equipo más contendiente; de igual manera, en Dallas se verá si su gerencia tuvo razón en traer a Anthony Davis para mejorar su defensa y aspirar al campeonato, o si dejar ir al esloveno fue un error que puede incidir en una generación de su equipo.
Estos son los momentos que nos hacen vibrar en el deporte, como aficionados, nos mantenemos en vilo no solo por la cancha, sino por lo que sucede fuera de ella, en la NBA ayer hubo terremoto, veremos las repercusiones en las próximas finales en la búsqueda del trofeo Larry O´Brien.
¡Saludos desde el sillón!