En este momento entra a la escena el Tata, disfrazado de Travolta en aquel personaje de la icónica cinta de Tarantino llamada Pulp Fiction, donde compartió créditos con una jovencísima Uma Thurman y el talentoso Samuel L. Jackson.
Martino llega con un un traje negro, camisa blanca, un corbatín vaquero de esos que usan los rancheros de Phoenix para ir a las bodas y un abrigo marrón en el brazo derecho.
Entra a una sala donde no hay nadie y ve para todos lados, haz de cuenta que llega a la sala de trofeos del Atlas y ve todo desierto, nada más ve tres copas, dos de ellos compradas a billetazo limpio… pero voltea a todos lados… y nada.
Así está el DT del Tri mexicano. No halla un jugador que meta los goles en su equipo y hasta el argentino, mexicano por conveniencia, está fuera de combate por lesión, pero ya venía arrastrando antes una ostensible baja de juego en el TRi y en su equipo.
Henry, ni en su equipo pudo ser titular, luego de varias lesiones. Jiménez quedó tocado tras aquel penoso accidente en la Premier League. Eduardo Aguirre no convence tampoco.
Y el novato Giménez, el hijo de Christian, toca dos veces la pelota ante los ecuatorianos y sus publicistas ya lo quieren de titular, cuando ni siquiera tiene reservación para tomar el vuelo a Qatar.
Supuestamente la FMF se habría hincado ante Javier Hernández para que “los perdone” y suplicarle que regrese al Tri. Quien sabe si eso haya de verdad ocurrido, pero, de ser cierto, la dignidad del grupo todo y los códigos de vestidor serían tirados al desagüe, todo porque TravolTata no encuentra a su artillero como Cavani y el pistolero Suárez de los charrúas o Lautaro, de la Argentina.
Todo el problema, de hecho, decirlo ya resulta hasta ocioso por ser tan obvio que el combinado de México no tiene atacantes por la simple razón de que el negocio de directivos de clubes es seguir importando madera sudamericana a sus escuadras y dejar por un lado a los posibles talentos oriundos.
La escuadra mexicana Sub20 de Raúl Chabrand en el torneo Maurice Revello en las primeras dos o tres fechas llevaba dos goles marcados por los defensas centrales Juárez y Guzmán.
Su eje de ataque improvisado era Santi Muñoz, un chavo que jugaba en Santos, hoy en el Newcastle, que no es eje de ataque, pero que tal vez no tenía más, aunque Sebastián Wilke, que juega en Italia en el Spal B, de Ferrara estaba ahí, lo usaba como relevo y no mostró gran cosa.
No sé si Muñoz logró marcar más de un gol en el torneo, pero no fue suficiente.
No creo que los federativos sean tan cínicos para pedirle cuentas al Tata de porqué batalla su selección para meter goles.
Si están buscando responsables de ello, pueden pedir un espejo prestado, ahí verán quién realmente tiene la culpa.