Se llama Hilario Ramírez Villanueva, pero le dicen “Layín”. Es, por segunda vez, alcalde de San Blas en el Estado de Nayarit al competir como candidato independiente, y se ha hecho famoso por su franqueza al aceptar que le gusta mucho el dinero por lo cual “robó poquito a la presidencia municipal, porque nomás le dio una rasuradita al presupuesto ya que este pueblo es muy pobre. Pero lo que con una mano me robaba, con la otra se lo daba a los pobres”.
Increíblemente, con este desplante verbal, el pintoresco alcalde no podría haber aspirado a un segundo periodo en San Blas o ya estaría siendo procesado por peculado o malversación de recursos públicos, porque, como afirma el axioma jurídico, “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
Sin embargo, si aceptamos que en una democracia participativa el pueblo manda, “Layín” fue arropado por los votantes y regresó a ser alcalde de San Blas y, para asombro de los incrédulos políticos, puede llegar a ser gobernador de Nayarit porque su gente está a morir con él, que sería candidato independiente, en franco desprecio a partidos tradicionales como el PRI, el PAN, el PRD o cualquiera otro de la “chiquillada”.
Y en cuanto a la sanción administrativa o penal, ya sabemos cómo se salvan de la cárcel todos los políticos, más cuando “Layín” dice que otros acostumbran meter las dos manos en el erario y robar a su antojo, de tal manera que, en caso de que lo denuncien a él, se llevaría entre las patas con su testimonio a verdaderos rateros de alto nivel. Así es que él cree que por eso no le echan el guante.
Se sabe popular y famoso. Se siente querido y apoyado por los electores. Se muestra decidido a seguir su carrera política hasta donde lo lleven el cariño y el empuje de quienes lo sostienen como favorito en las encuestas. Y cada vez que tiene oportunidad llama la atención de los periodistas con sus desplantes y eventos masivos, como la fiesta de su cumpleaños 44 que le costó 15 millones de pesos, el 28 de febrero.
Ah qué “Layín”. Ni siquiera tuvo empacho en informar que esperaba 50 mil invitados de todas las clases sociales pero que solamente acudieron unos 35 mil a despacharse 50 mil cajas de cerveza. Pero se cura en salud advirtiendo que este agasajo no le costó ni un cinco a la presidencia municipal porque contó con la aportación de sus amigos e incondicionales políticos.
No obstante se enreda con sus propias palabras porque nadie da sin poner condiciones. El que se compromete con un político lo hace siempre a cambio de algo. Y para ejemplo tenemos a nivel nacional el famoso caso de la “Casa Blanca” de Angélica Rivera y la mansión de Luis Videgaray, Secretario de Hacienda, conseguida de Grupo HIGA mediante favores oficiales o contratos de obra, además de la propiedad de Enrique Peña Nieto en el Club de Golf de Ixtapan de la Sal que le entregó otro amigo constructor al que le dio la mano con una que otra licitación.
Algo le van a sacar a “Layín” los que se “mocharon” para completar los 15 millones de pesos que le costó su fiesta de cumpleaños en la que actuó La Banda “El Recodo” por una tarifa de millón y medio de pesos. Algo van a obtener los que se apoquinaron con cualquier cantidad y ello puede traducirse en cancelación de infracciones de tránsito o permisos para lo que sea sin trámite alguno.
Pero el “Layín” se pasó de tueste o, como dicen los jóvenes de hoy, “se fue al baño” al levantarle la falda a una chica con la que bailaba, no una sino varias veces. Y lo hizo frente a las cámaras de grabación, como que esperaba que esas imágenes dieran la vuelta en los medios y en las redes sociales para volverse más famoso. Tal como ocurrió.
De ahí que anda encendido con la posibilidad de ser gobernador de Nayarit. Como para que se cumpla el adagio común de que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Aunque en realidad muchos se merecen peores gobiernos. Tan tan.
Discussion about this post