México, D.F. / Dic. 19
Más efectivo que comprar una herradura, una pata de conejo, hacerse una limpia o encomendarse a todos los santos, es que el conjunto de su preferencia elimine al Cruz Azul en la Liguilla, lo que prácticamente le asegura levantar la corona al término de la campaña, sin importar en qué ronda haya dejado fuera a La Máquina.
Y es que hay quien afirma que ser campeón en el futbol mexicano no es sencillo, sobre todo por la alta dosis de competitividad que brinda un torneo siempre caracterizado por la irregularidad, pero la fórmula para lograrlo parece ser más fácil de lo que aparenta.
Una vez clasificado a la fase final, basta con encontrarse en el camino a los Cementeros y eliminarlos, para incrementar en 88% las posibilidades de levantar la corona al término de la campaña.
Por lo menos es lo que han experimentado ocho de los más recientes nueve campeones de nuestro balompié -cuando el equipo celeste ha clasificado a la etapa decisiva del torneo- siendo los últimos cinco de manera consecutiva: Toluca, Santos, Atlante, Pachuca y Guadalajara.
Todo comenzó en el Clausura 2004, cuando los Pumas de Hugo Sánchez saborearon las mieles de un título tras dejar en el camino a La Máquina con un global de 3-2 en semifinales; ya en la serie definitiva, vencieron a las Chivas del Guadalajara en penaltis.
Tan sólo un año después (Clausura 2005), fue el América el aprovechado al batir a los celestes en la misma instancia, pero con un margen mayor: 6-2, para después coronarse sobre los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) en la gran final.
La curiosidad aterrizó en cuartos de final en el Apertura 2005 cuando el Toluca -de la mano de Américo Gallego- dio cátedra defensiva para dejar fuera a La Máquina (1-0) y coronarse al final sobre el Monterrey.
Y a partir del Apertura 2006, todos los clubes que han levantado la corona han utilizado como escalón al equipo cementero.
Así fue como el Guadalajara lo dejó fuera en cuartos de final en este torneo (4-2 global); el Pachuca en las semifinales del Clausura 2007 (3-1) y el Atlante en la primera ronda de la Liguilla del Apertura de ese mismo año (también por 3-1).
Es por ello que lo vivido por el conjunto de La Noria en este 2008, al caer en las dos finales que disputó, deja en claro que el amuleto de la suerte para los rivales viste de color celeste.
Discussion about this post