Madrid, Esp. / Feb. 20
A tan sólo dos días de la gala de los Oscar de la Academia, la organización apostó por el secretismo como arma de lucha contra el brutal descenso de audiencia televisiva de los últimos años, destacó hoy el diario El País.
Sólo 31 millones de personas siguieron la retransmisión de la gala en la pasada edición, lo que preocupa al presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, Sid Ganis, quien insistió en asegurar que este año será diferente.
El secretismo en los actos previos y las sorpresas prometidas para lo que ocurra en el escenario del teatro Kodak, son las apuestas para defender los 50 millones de dólares que la cadena ABC paga a la Academia por la retransmisión de la gala.
Lo poco que confirmaron los productores de los Oscar Laurence Mark y Bill Condon es que la ceremonia no sobrepasará las tres horas de duración, tiempo ajustado para la entrega de 24 premios y la realización de los homenajes previstos.
Por su parte, el presentador de la ceremonia Hugh Jackman, una de las grandes apuestas para el domingo, aseguró que no hará chistes, que lo suyo no es la comedia, aunque sí cantar y bailar. No habrá discurso cómico inicial.
En cuanto a la música, se decidió fusionar la interpretación de las tres canciones candidatas a un Oscar. Este es el motivo por el que Peter Gabriel, autor de “Down to the Earth”, de “Wall-E”, rechazara actuar.
También se desveló la existencia de un vídeo realizado por Bennett Miller, director de “Capote”, así como que el escenario fue diseñado por el arquitecto responsable del Kodak, David Rockwell, y tendrá una línea muy “kitsch”.
Otra novedad es que algunos de los presentadores no caminarán sobre la alfombra roja, en un intento de aumentar la sorpresa en el momento de su salida al escenario.
La crisis financiera también alcanzó a la celebración, y eliminó de la gran noche de Hollywood fiestas y regalos. Ni Paramount ni Warner celebrarán sus tradicionales homenajes a sus candidatos. Tampoco habrá bolsas con regalos de cortesía.
Sony Classics cambió su tradicional fiesta por una cena en el restaurante Celloni’s, la agencia de representante William Morris anuló sus recepciones, otras como Endeavou o CAA las trasladaron desde restaurantes y clubes a casas particulares.
