Más de 12 horas antes de la llegada del huracán Ike, la isla-ciudad texana de Galveston comenzó a sentir los efectos del fenómeno climático al registrar ya los primeros aguaceros e inundaciones en sus partes bajas.
Autoridades de Texas reportaron inundaciones en el extremo sur de la isla de Galveston con una marejada de hasta dos metros de altura, aun cuando se prevé la entrada de Ike hasta la madrugada de mañana sábado.
Las comunidades alrededor de la bahía de Galveston, como Kemah, reportaron también el peligro de inundación al aumentar el nivel del agua metro y medio.
Todo el tránsito vehicular hacia y desde la zona de Galveston será cerrado a partir de las 15:00 horas locales.
Mientras, las calles de Houston lucen semivacías, sólo con algún automovilista que realiza compras de última hora, luego que la mayoría de los 5.6 millones de residentes de esta ciudad acataron el llamado de las autoridades y se resguardaron en sus casas.
Unos 250 mil habitantes del sureste de Houston evacuaron la zona ante el llamado de las autoridades para hacerlo.
Las actividades en Houston están muy disminuidas y están por cerrar los establecimientos comerciales, en los cuales se reporta una gran demanda de agua, hielo y baterías, además de alimentos no perecederos.
Las autoridades locales advirtieron a la población de prepararse con provisiones para tres días.
Los vientos de Ike se extienden en un radio de 445 kilómetros, se registraron ya en la costa de Louisiana, una zona azotada por el huracán Gustav apenas la semana pasada.
El aviso de huracán se extiende a una franja territorial de 643 kilómetros de costa desde el sur estadunidense desde Bafin Bay, Texas, hasta Morgan City, Louisiana.
Se pronostica que el ojo del huracán entre a tierra como categoría tres este sábado. Ike se desplaza en dirección oeste-noroeste a 20 kilómetros por hora y se prevé que su ojo entre a tierra en la cercanías del puerto de Galveston.
El estado de emergencia fue declarado en Texas para recibir ayuda federal y David Paulison, director de la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA) advirtió que Ike “es un arma de destrucción masiva”.
El huracán azota ya desde este viernes el corazón de la industria petrolera de Estados Unidos en el Golfo de México, donde se concentra un cuarto de la producción de crudo y más del 40 por ciento de la capacidad de refinado del país.
Una plataforma de petróleo del noroeste del Golfo de México reportó vientos sostenidos de 176 kilómetros a 120 kilómetros de altura, según el Centro Nacional de Huracanes de Miami.
La alcaldesa de Galveston, Lyda Ann Thomas, ordenó la evacuación de la ciudad de 65 mil habitantes, una de las áreas más bajas de la costa de Texas, y por ello susceptible a las marejadas ciclónicas e inundaciones.
En el año 1900 un huracán equivalente a categoría cuatro provocó unas ocho mil muertes en esa ciudad, el más mortífero en la historia de Estados Unidos.
Galveston está protegida por un muro de 16 kilómetros de 5.2 metros de altura que será puesto a prueba ante Ike, cuya marejada ciclónica pudiera alcanzar los 6.5 metros de altura.
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