México, D.F. / Noviembre 24.-
A un siglo de la redacción del Plan de Ayala, firmado el 28 de noviembre de 1911 por Emiliano Zapata y sus seguidores, es importante no sólo celebrar esta creación, sino reflexionar sobre su importancia, su trascendencia, el legado que nos deja y revisar en qué medida su lema “Libertad, Justicia y Ley”, se han llevado a la práctica, consideró la historiadora Laura Espejel López.
“El Plan de Ayala fue una manifestación de justicia y libertad, un documento vanguardista para su época que no sólo queremos evocar y celebrar —a 100 años de su promulgación—, sino valorarlo como herencia y retomarlo para nuevas reflexiones sobre nuestro pasado y presente”, dijo.
En este sentido, la investigadora anunció que del 28 al 30 de noviembre próximos, más de una veintena de especialistas se reunirán en el Coloquio La firma del Plan de Ayala: un siglo después, que se realizará en el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec, donde se abordarán los orígenes, los protagonistas y la trascendencia de dicho documento histórico.
La coordinadora de este foro académico, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comentó que la relevancia del Plan de Ayala -redactado por Emiliano Zapata, Otilio Edmundo Montaño y José Trinidad Ruiz, y firmado en el pueblo de Ayoxustla, Puebla-, radica en que “es un documento jurídico y político en el que los revolucionarios plasmaron sus principios e ideales, con el que dieron sentido a su revolución al buscar la restitución de sus ejidos, tierras, montes, aguas.
“Con este texto su rebeldía sería valorada más allá del alcance político electoral del Plan de San Luis Potosí; de hecho, consideraron a Madero y a los maderistas como traidores. Es un manuscrito de lectura compleja, con el que se pretendió darle a la Revolución una dimensión social y política; marcó además el inicio de un amplio programa político”, refirió.
Espejel López, de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del INAH, detalló que los zapatistas se lanzaron a la Revolución con la convicción de que hacía falta un cambio político, confiando en Francisco I. Madero y en el Artículo Tercero del Plan de San Luis; pero cuando vieron que éste no respondía a sus demandas y mantenía al Ejército federal en armas, y la imposición de Ambrosio Figueroa como gobernador de Morelos, consideraron al coahuilense traidor al movimiento que él mismo comenzó.
“Madero logra la renuncia de Porfirio Díaz como presidente de México, y mediante elecciones toma las riendas del gobierno, pero deja de lado los problemas sociales del país.
“Incluso permite al presidente interino León de la Barra atacar militarmente a los maderistas sureños y desprestigiarlos a través de la prensa, los llama ‘liebres blancas’, ‘bandidos’, a Zapata lo denominan ‘el Atila del Sur’. Perseguidos, Emiliano Zapata y sus correligionarios deciden redactar un manifiesto agrario, conocido como Plan de Ayala”, explicó.
La historiadora del INAH adelantó que participará en el coloquio con el tema La sagrada causa: el Plan de Ayala, un acercamiento al sentir oral y escrito de los campesinos zapatistas, en el que expondrá el trabajo realizado desde 1972 con las historiadoras eméritas de la UNAM y del INAH, Eugenia Meyer y Alicia Olivera, respectivamente, sobre la recopilación de testimonios de veteranos revolucionarios y en particular zapatistas.
Asimismo, añadió, se darán a conocer los documentos elaborados por los pueblos y el propio Ejército Libertador, dirigidos al Caudillo del Sur, donde reconocieron la importancia del Plan de Ayala, mismos que están depositados en diferentes acervos institucionales.
En el coloquio, que se inaugura el 28 de noviembre, se desarrollarán diversas mesas temáticas y algunos de los estudiosos en el tema que participarán son: Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”; Gloria Villegas, directora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; Alicia Olivera de Bonfil y Ruth Arboleyda, de la DEH, entre otros especialistas.
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