La felicidad se volvió llanto para la familia de Medellín

La felicidad porque se había aplazado la ejecución de José Ernesto Medellín se volvió llanto para la familia del neolaredense, luego de que la noche de ayer, hasta las puertas del domicilio de Privada Tamaulipas 6008, de la colonia Hipódromo, llegó un vecino que les dio la mala noticia: “lo han ejecutado, esta muerto”.
Todavía, después de los noticieros de las 18:00 horas de este martes, la angustia se borró de Reyna Armendáriz con el anuncio de que se aplazaba la ejecución de su primo José, hasta la medianoche, debido a que continuaban las gestiones en busca del perdón al sentenciado en Texas.
Pero pasadas las 22:00 horas, su vecino, Gerardo Rodríguez González, llegó a la vivienda, se acercó a Reyna y de pronto la mujer estalló en llanto, le había dado la noticia que su primo había sido ejecutado minutos antes.
José Ernesto Medellín, de 33 años, fue ejecutado con una inyección letal a las 21:57 horas de este martes, en una cárcel de Huntsville, Texas.
Uno a uno, los presentes congregados en el domicilio de la tía de José Medellín comenzaron a darle el abrazo del pésame a Reyna y a su hija Yhajaira, y fue la primera vez que la prima del ejecutado rompió en llanto, mientras sus demás familiares también lloraban su muerte.
Con el llanto en su rostro, Reyna habló ante los representantes de los medios de comunicación, a quienes dijo que ahora espera que el cuerpo de su primo sea trasladado a Nuevo Laredo, para sepultarlo.
“No lo podemos dejarlo allá, allá (Estados Unidos) no lo quisieron, es más lo mataron.
“Tengo entendió que su mamá (Felipa Rojas de Medellín) se descontroló, pero quién no, cuando ha perdido a un hijo.
“Teníamos la esperanza que alargaran la ejecución hasta después de las 12 de la noche, creímos que aumentarían la prórroga”, dijo casi entre sollozos.
Por su parte, Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos 5 de Febrero, de Nuevo Laredo, afirmó que van a insistir y a programar una serie de acciones que puedan evitar la muerte de los otros cinco mexicanos que se encuentran en la antesala de la muerte en las prisiones de Texas.