Monterrey, N.L.-
La productora Martha Sosa se convirtió en la primera en ser galardonada con el Cabrito de Plata en el Festival Internacional de Cine de Monterrey -ficmonterrey-, que se entrega en el marco del Encuentro Internacional de Mujeres en el Cine.
Con títulos que incluyen Amores perros, Presunto culpable y Cindy La Regia, Martha Sosa recibió la presea de manos de Janeth Aguirre, directora ejecutiva del ficmonterrey, para posteriormente tener una charla en la que ahondaron ampliamente en su carrera.
“Lo recibo con mucha alegría y gusto, este es un reconocimiento compartido con muchas personas que me han acompañado en el viaje de hacer cine tantos años, y espero que me queden unas 8 o 10 películas más”, expresó sobre el premio.
Con su carácter afable, Martha Sosa hizo un relato de cómo fue que llegó a la industria del cine, sin saber que su contribución sería de trascendencia para las mujeres que en la actualidad integran la escena, y a quienes admira.
“He aprendido muchísimo de los directores y directoras con los que he trabajado, recientemente más con las mujeres y estoy picadísima, es otra generación que me está inyectando vida y como un segundo aire.
“Me parece emocionante el momento que estamos viviendo, de gran responsabilidad porque me tocó un punto que quizá no me daba cuenta del gran peso que tenían los hombres en cuanto al poder de decisión, algo que siento que gracias a las nuevas generaciones lo entiendo. Estoy muy atenta a las nuevas generaciones, en ver cómo sí trabajar juntos, y siento que los hombres están más curiosos, de una forma genuina”, reflexionó.
Martha Sosa abraza su responsabilidad como productora, aunque confiesa que a veces se pregunta si debería intentar dirigir y exponer su intimidad.
“Dirigir, no lo he visto como una necesidad inminente de tener que contar algo y hacerlo yo, me cuesta trabajo imaginarme en ese lugar porque estoy contenta desde mi lugar acompañando a los directores; claro que a veces he pensado si será que tengo miedo y estoy cómoda como productora.
“Una vez, Guillermo Del Toro en su casa me dijo, con mucho cariño, ya había hecho amores perros: ¿sabes quién es el mejor productor? El más chingón es el que no estorba; viniendo de gordo no lo sentí como si me estuviera regañando, me estaba diciendo, encuentra tu lugar sin pisar los callos de nadie, sacando lo mejor de ellos sin intentar ocupar su lugar”, contó.
El amor de Martha Sosa al cine es muy grande, ya que lo considera una experiencia en la que los realizadores aportan el 50% y el público debe hacer su tarea para interpretar y participar en la experiencia. Las salas de cine le traen recuerdos de la infancia con su padre, algo que la orientó, sin saberlo, a su vocación.
“En las salas de cine estás sintiendo la emoción del resto de las personas… ojalá y que, conforme vayan cambiando las tecnologías y pasen las pandemias, sigamos teniendo esa experiencia colectiva de vivir juntos desde el anonimato ante una provocación, que eso es el cine.
“Desde chica mi papá, que era muy tímido y le costaba trabajo hablar, cuando íbamos al cine era una firma de acercarnos, me daba la posibilidad de saber un poco más de él; eso se me hace muy fuerte, no lo considero una razón banal sino muy profunda y por lo cual me siento muy cómoda en esta tribu de personas que se dedican a esto”.
Como parte de las actividades del Homenaje Mexicano a las Mujeres en el Cine por el que se le otorga el Cabrito de Plata a Martha Sosa, se proyectará una versión remasterizada de Amores perros, en función el miércoles 25 de agosto en la Cineteca Nuevo León “Alejandra Rangel Hinojosa”.