Muchas elogios debe haber cosechado el Tri de Jimmy Lozano tras el partido ante los germanos.
Y bien merecidos…
Muchas veces el marcador es relativo y no siempre refleja lo que pasó en la cancha. Esta vez sí.
Fue un partido muy parejo y ya es mucho decir si estamos hablando de un tetracampeón del mundo y un equipo muy gitano, que históricamente ha dado más penas que alegrías a sus seguidores y que le entregaron en retazos al actual cuerpo técnico.
Una verdadera capirotada recibió Jimmy con un grupo bastante disparejo y desordenado en su forma de actuar. Con jugadores algunos veteranos, otros, en plena madurez personal, pero no futbolística y dos o tres medio verdes y troncos.
Los que deveras saben jugar fútbol ahí, no abundan. Son pocos. Que realmente le entienden a este jueguito, son contados. Los demás, le echan ganas.
Sin embargo, con lo que le entregaron a Lozano ha logrado hacerlos entender su idea futbolística, donde cada uno comprende su función y trata de cumplirla. Correr, meter, sudar, ser solidario lo damos por descontado, es básico. Eso no es negociable.
Ser aplicado en la función estratégica encomendada es lo que hace que te funcione la máquina.
Estamos hablando de un DT como Lozano, que sabe y se da a entender.
Si todos tiran para el mismo lado, al mismo tiempo, con el mismo esfuerzo, jala…
Los alemanes lo sintieron.
Por más que parezca un contrasentido, el partido ante los africanos jugaron mejor entonados que ante los alemanes.
Ante Ghana, todos jugaron bien, todo el tiempo. Ante Alemania, se descuidaron. Ciertos detalles defensivos volvieron a aparecer.
¿Por qué lado surgieron los dos goles?
Por el lado derecho, donde les ganan el cabezazo a primer palo y no aprietan en el segundo, donde Rudiger los madruga y remata solo. Eran seis verdes en el área y dos germanos, los dos que tocaron la pelota.
En el segundo gol, el que debería estar por el corredor derecho en relación al ataque alemán era Gallardo que andaba comprando unas papitas. Centro, Sánchez no alcanza a despejar, remate y gol.
En general, excepto un Romo que juega con polainas de un kilo en cada pie, y los dos laterales, todos los demás con calificación sobresaliente, sobre todo los atacantes, incluso Giménez, que metieron en serios aprietos a los defensores. La picardía, la habilidad y la velocidad de Lozano y Antuna, los liquidó.
Ya lo que hizo Érick Sánchez, fue fantástico. Meterles un gol de cabeza a tipos que le sacan medio metro de estatura, fue humillante.
Cuando vinieron los cambios, la espuma volvió subir y si dura 10 minutos más la función, por ahí hasta lo ganan.
Muy buen trabajo en general del grupo.
Si Lozano detecta y corrige, cambia y ajusta, este equipo está para seguir ofreciendo sonrisas a sus fans.
PostData:
Ahora, si ‘Chaquito’ los cansó, ¿por qué no metió gol Henry?… Si Giménez metió dos “casigoles” -como dicen los porristas que se burlan de Raúl Jiménez.–
¿ahora de quién se van a burlar?… entonces que juegue quién, el Mellizo o quién?, o con qué van a salir ahora?, punta de payasos…