Guadalajara, Jal.-
El héroe tiene traje de portero. El grito estremece los cimientos del Omnilife: “Olé, olé, olé, olé, Michel, Michel”. El arquero rojiblanco abraza fuerte el balón que acaba de captura. Ataja el penal cobrado por Hérculez Gómez, al minuto 92 y da a Chivas el triunfo por 2-1 sobre Santos Laguna. En el último suspiro, Guadalajara asegura su primera victoria del Clausura 2012.
El silbatazo final llega segundos más tarde. Los jugadores rojiblancos corren hacia Luis Michel. Se funden en un abrazo. Luego van a medio campo y agradecen a la afición que aplaude sin parar. En el palco de Jorge Vergara, Johan Cruyff, nuevo líder del proyecto futbolístico de Chivas, aplaude. El holandés no juega. Ni siquiera dirige. Pero su presencia cumple una función intangible: motiva.
Guadalajara no se parece a la Naranja Mecánica. Tampoco está cerca de ser un símil del Barcelona, equipo al que Cruyff busca imitar como rojiblanco. Pero al menos, esa atajada de Luis Michel salva el 2-1 sobre Santos Laguna, y Chivas deja el sótano de la clasificación que ahora pertenece, por diferencia de goles, al Querétaro.
El primer tiempo parece una copia desgastada de los encuentros anteriores de Chivas: los locales tienen la pelota, los visitantes esperan el error y el Guadalajara no tiene gol. Falta creatividad. No hay desequilibrio. Se abusa del tiro lejano como sistema y no como recurso.
Marco Fabián, Érick Torres o Jesús Sánchez, todos prueban desde fuera del área. El resultado es idéntico: el balón termina lejos de los tres postes que custodia Oswaldo Sánchez.
La pasividad del lapso inicial se rompe, por fin, al minuto 37. Omar Arellano incursiona en la banda derecha; su centro es ligeramente desviado por la defensa, el balón techa a Aarón Galindo, dentro del área, y Marco Fabián, de cabeza, pone el 1-0. El festejo es tan efusivo como justificado.
-Michel y Oswaldo, luz y sombra
En la segunda parte, ya con la desventaja, Santos Laguna recuerda que hasta antes de este encuentro era uno de los mejores equipos del torneo. Intenta proponer, pero sin resultados. Chivas muestra un orden defensivo digno de destacarse.
A pesar de estar arriba, el Guadalajara ataca con orden y carácter. De una falta afuera del área nace el gol que da tranquilidad al Rebaño Sagrado y prácticamente sentencia su primera victoria del año.
Prácticamente en la esquina del área, por el costado izquierdo y con poco ángulo, Marco Fabián acomoda el esférico. Observa la colocación de Oswaldo y toma la decisión: el disparo es directo, el arquero llega al encuentro con el balón, pero lo suelta increíblemente, permitiendo que Érick “Cubo” Torres simplemente lo empuje y se reencuentre con el gol al 56’.
Santos no se da por muerto y va al frente en busca de mejor suerte. Su insistencia encuentra recompensa al 77’, cuando Hérculez Gómez se levanta en el área para cabecear cruzado un largo servicio y techar a Luis Michel para el 2-1.
Al ’90, Marco Rodríguez, eterno protagonista cada vez que está sobre un campo, marca un penalti por una supuesta falta de Jonny Magallón sobre Carlos Morales, dentro del área.
Héculez se para frente al balón. “¡Michel, Michel!”, canta la barra rojiblanca. El delantero lagunero dispara a la derecha del arquero, que adivina la trayectoria, ataja y salva el triunfo de Chivas. La tribuna enloquece.
Segundos después, el árbitro silba el final. Guadalajara llega a cinco puntos, deja el fondo de la clasificación, Ignacio Ambriz respira tranquilo en la banca y el holandés Johan Cruyff, desde el palco, toma nota de las cosas que el Rebaño Sagrado deberá corregir durante su gestión.
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