Zagreb, Croacia.-
Mario Cizmek fue condenado a prisión por arreglar partidos de futbol en la Primera División croata en 2010. En el juicio y en entrevistas, Cizmek describió a The Associated Press las reglas que rigen los arreglos de partidos:
EL ARQUERO ES EL JUGADOR MÁS VALIOSO
“Sin él, no hay arreglo”, dijo Cizmek. Cuando el arquero de su equipo, el Croatia Sevete, se negó a colaborar, devolvió el dinero al contacto que tenía y suspendió el arreglo.
COMPENSACIONES DESIGUALES
No todos los jugadores involucrados reciben la misma compensación. El arquero es quien recibe más dinero -a veces el doble que el resto- porque es quien más puede incidir en el resultado y quien más se arriesga a quedar en evidencia. Los defensas, a su vez, cobran más que los mediocampistas. Los delanteros generalmente no reciben nada.
ELECCIÓN DE CÓMPLICES
Los encargados de arreglar partidos analizan cuidadosamente el plantel y deciden qué jugadores pueden ser más proclives a venderse. Los jugadores jóvenes generalmente se venden por menos dinero y son más fáciles de manipular. Otro blanco atractivo son los veteranos. Todo jugador con problemas económicos es un blanco tentador.
CUANTOS MÁS PARTICIPEN, MEJOR
Cizmek dijo que inicialmente había seis jugadores en el arreglo, pero su contacto le pidió que hablase con otros dos. Hubo casos en que también el técnico y asistentes o dirigentes participaron. La idea es que cuanta más gente esté involucrada en el arreglo, mejor.
NO HAY QUE SER OBVIO
Si el que pierde a propósito es un equipo malo, no despierta tantas sospechas. Pero si es bueno, siempre habrá suspicacias. El equipo de Cizmek perdió tantos partidos legítimamente en la primera mitad de la temporada que ser derrotado en otros seis no pareció nada inusual. “Dábamos lástima ya antes de ir a menos. Nadie notó nada”, dijo el jugador.
HAY QUE ELEGIR BIEN AL RIVAL
Quienes arreglan partidos eligen generalmente equipos sin esperanzas o clubes que tienen mucho en juego, según Cizmek. Su equipo estaba condenado al descenso y era un blanco cantado. Uno de sus rivales, por otro lado, necesitaba ganar desesperadamente para evitar el descenso, de modo que hacer que su equipo perdiese era una decisión que beneficiaba a ambos conjuntos.
SIN RETORNO
Cuando un jugador acepta participar una vez en un arreglo de partidos queda atrapado, dijo Cizmek, pues las bandas lo amenazan con delatarlo y hacer que lo suspendan de por vida. La culpa y la vergüenza, por otro lado, impulsan al jugador a callar. Sus contactos exigen cada vez más y pagan cada vez menos, hasta que el jugador deja de colaborar, se retira o es arrestado. Algunos jugadores se suicidaron por la vergüenza.
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